miércoles, 26 de noviembre de 2014

Los cambios económicos en Brasil y el rol estratégico del agro.



                                                                            

Según las últimas informaciones, Brasil implementara cambios económicos de fondo para salir de la actual crisis de recesión con inflación de 6%% anual, que repercutirán negativamente en nuestra economía de no corregir urgente el  rumbo económico.
Al asumir el 1° de enero próximo el segundo periodo presidencial, Dilma Rousseff cambiaría su equipo económico por referente pro mercado  para achicar el descontrolado gasto fiscal  y fomentar el aumento de las producciones, para poder sostener gastos sociales imprescindible s Es un mensaje concreto a los mercados  después de ganar la última elección: menos demagogia y populismo, con más  sentido común en el manejo de la economía, dejando de lado la ideología.
Aprovecho los cambios  económicos y políticos en Brasil, para insistir con mi propuesta de institucionalizar el funcionamiento de las entidades del agro para la recaudación de un aporte del productor . El rol que ha tomado en Brasil el agro es muy importante,  que culminara  con la asunción  de la Senadora Katia Abreu, presidenta  de la  Confederación Nacional de Agricultura (CNA), como Ministra de Agricultura en el nuevo gabinete,  para trabajar al mismo nivel de decisión con Armando Monteiro ex titular de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), designado en el Ministerio de Desarrollo e Industria.
La estrategia sería  no más discriminación entre los sectores en un trabajo en conjunto con el mismo nivel de decisión, para colocar la mayor cantidad de productos transformados, en todos los mercados del mundo. ¿Podremos hacer lo mismo  nosotros? ¿Somos capaces de hacerlo?
A esta altura del debate en nuestro país, nadie puede ignorar –ni oficialismo, ni oposición- el rol estratégico que juega el sector agroindustrial en la consolidación del crecimiento y el desarrollo sustentable de la economía nacional. Claro está, si se respeta el federalismo fiscal, como determina nuestra Constitución y con reglas de juego iguales para todos los sectores de la economía.
Por eso, la Comisión de Enlace con las otras entidades de productores,debe definir en forma urgente una estrategia  para trabajar en forma institucional como hicieron en Brasil,  para poder recuperar poder político y  llegar a manejar las políticas del sector desde los   principales cargos políticos. Asuman nuestros dirigentes que el individualismo ha perdido vigencia en todo emprendimiento económico y político en el siglo XXI.
Un sector que invierte anualmente 500.000 millones  de pesos para producir  todos los cultivos, que genera el 56% de nuestras exportaciones, da trabajo al 36% de los argentinos y aporta el 44% de los impuestos , no debe seguir trabajando como lo viene haciendo, dividido en diferentes entidades cada una con propuestas individuales  que nunca se llegan a concretar por falta de un lobby institucional profesionalizado para apoyarlas.
Han pasado  más de seis años del conflicto que originó la 125. En este tiempo, el sector agropecuario no ha sabido concretar propuestas  para aprovechar todo el potencial que tiene el complejo agroindustrial. Sin un amplio acuerdo del sector, la seducción a los partidos políticos fue remota en otras ocasiones . En el  nuevo escenario electoral la situación está por repetirse si no tenemos capacidad de  cambiar.  
No debemos seguir hablándole al sector,  hay que hablarle al conjunto de los ciudadanos o votantes si queremos producir cambios, sobre lo  que  representa  el sector en nuestra economía, qué necesitamos para poder  mejorar  y qué podemos aportar para el conjunto del país  si cambian las políticas, por medio de una campaña de comunicación  profesionalizada permanente  con recursos aportados por ley por los productores, como  hacen en Brasil  desde el año 1964 que se creó  la Confederación Nacional de Agricultura (CNA).
La mejor estrategia para los cambios que necesitamos, es mostrar al sector que trabaja pensando en lo general, que  apoya  los cambios que necesita el país en la  nueva gestión política y  que tenemos  propuestas por mayoría  para nuestro sector, entre las cuales debe estar el proyecto para institucionalizar las entidades de productores para  concretar un sistema de recaudación gremial por ley ,  que nos permita poder trabajar profesionalmente en la nueva acción gremial para poder  proponer y defender  las políticas de estado que necesitamos en todos los ámbitos que se discuta.
Coincidir en una propuesta común desde un sector no supone la pérdida de identidad de las distintas entidades. Aceptar  las diferencias por mayoría nos permitiría un trabajo de largo plazo, como viene realizando Brasil desde 1964  cuando planificó el rol de la producción agropecuaria y agroindustrial en el país  y  creó por ley  la Confederación Nacional de Entidades Agropecuarias (CNA) para  trabajar en una acción institucionalizada  pública-privada permanente en la defensa de las  propuestas,  sanción de las mismas  y  control de la gestión de las políticas públicas.
Hoy en día, sus dirigentes tienen un gran protagonismo en el trabajo parlamentario y en la concreciones y seguimientos  de la políticas públicas, a nivel nacional e internacional, mostrando a los productores  mucho  más unidos  que al principio del sistema, ante los resultados concretos  después de  50 años,  coronado ahora con la posible  asunción del Ministerio de Agricultura por la presidenta del CNA.
Con todos estos argumentos y otros que se podrían agregar, como dirigentes del sector tenemos la obligación y responsabilidad de proponer  algo similar a lo de Brasil   para poner en marcha todo el  potencial  dormido de aumento de  producción y exportación transformadas con mano de obra argentina que tiene en el Complejo Agroindustrial.
Una entidad  similar a la CNA de Brasil tiene que estar integrada por todas las entidades nacionales formada por productores (las cuatro gremiales y AACREA y AAPRESID) en una Fundación o Centro de Estudios Estratégicos , entidad que recibiría los aportes de todos los productores por un sistema de recaudación obligatoria por ley. No estoy hablando del 2°%, estoy pensando como mínimo un 1%. Es fundamental la inclusión de las seis entidades, porque no se puede pretender recaudar fondos a todos los productores si muchos de ellos no se sienten representados en las cuatro entidades gremiales. De la misma forma las entidades específicas de cada producción y servicios deben tener lugar en el cuerpo asesor de políticas generales.
La Fundación o Centro de Estudios Estratégicos  por medio de un Consejo Directivo, sería el responsable de distribuir los fondos según sean los objetivos y los porcentajes  fijados previamente por el estatuto de formación . Entre los cinco  objetivos principales  puedo mencionar  los siguientes:

1-   Proponer, elaborar, concretar y hacer su seguimiento de todas las  políticas de estado que tienen directa influencia  para la producción, transformación y exportación del sector agropecuario y agroindustrial.
2-   Ejecutar en forma permanente todo el trabajo de lobby profesionalizado interno y externo a nivel público y privado para mejorar la competividad del sector.
3-   Proponer y trabajar en todas las modificaciones necesarias para mejorar la educación, la investigación y formación laboral  inclusive en el diseño de las carreras cortas y de oficios.
4-   Diagramar y ejecutar en forma   permanente la  comunicación y  marketing que sea necesario para ir cambiando  la imagen pública del sector  agropecuario y agroindustrial.
5-   Distribuir  equitativamente el aporte dispuesto por ley para la acción gremial en  las entidades nacionales en sus trabajos específicos de apoyo a cada  uno de  sus asociados.
La institucionalización de las Entidades en una entidad similar a CNA, con estos objetivos específicos a cumplir, es el reaseguro para darle –como ocurrió en Brasil- estabilidad permanente a las Políticas de Estado.
La institucionalidad va a permitir también , la recaudación gremial  por ley a los productores para financiar dichas gestionesy de esa forma asegurar que las políticas trasciendan  la gestión de los actuales dirigentes y gobierno.
De esa forma  permitirá concretar propuestas por mayoría, terminando con los descreídos, que creen que es imposible trabajar unidos sin perder la propia identidad de las entidades de base   que forman la entidad  supranacional para trabajar  e influir en las grandes políticas del país.


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