El viernes 28 se realizará en la Sociedad Rural en Saladillo, la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola, llevará a cabo la Tercera Prueba Anual de Toros. El Presidente de los Consorcios Regionales Experimentales de Cabañas en el sudeste de la provincia de Buenos Aires hizo referencia a que se apunta siempre al mejoramiento genético del animal y que “es absurdo que nuestro país, que necesita dólares tenga las exportaciones cerradas y no se ocupe en este momento de exportar carne de alta calidad a los países de mayor poder adquisitivo”.
“El CREA Cabañas está conformado por ocho cabañeros que se ocupan de la producción de Angus que tienen diferente formas de evaluación y registro, según con quien se esté asociado y otros que no tienen ningún tipo de registro. Venimos realizando una prueba mediante un convenio entre AACREA y la FAUBA, que se realizará en Saladillo mediante el genetista doctor Rodolfo Cantet que hará la evaluación que servirá para que los productores puedan participar midiendo sus animales en condiciones similares de medio ambiente, ya que como sucede con las semillas, mirando no se puede resolver nada por eso hay que medir cada uno de los componentes que lo facultan para la reproducción”, contó Vergara sobre el encuentro que se desarrollará el viernes 28 de noviembre en Saladillo.
Por otra parte, se refirió a la cadena cárnica y sus distintos eslabones: “La cabaña le vende a los criadores pero tiene que tener en cuenta a todos los eslabones de la cadena cárnica, para que las condiciones sea virtuosa y se traslade al eslabón siguiente mejor calidad de carne, mejor rendimiento y mejores atributos. Esto es que la cabaña a la cría le traslade mejor calidad de parto, velocidad de crecimiento, buena fertilidad y un potencial de crecimiento que tomará el invernador para que los animales puedan aprovechar toda la expresión forrajera a la que están expuestos. A su vez el invernador tiene que trasladarle a la industria frigorífica un mejor rinde especialmente de cortes minoristas, que tengan mayor composición de músculo sobre los huesos y la industria tiene que estar convencida de que comprará esos atributos y se los trasladará al consumidor que la quiere sabrosa. Así lo tiene que entender la cabaña y cada eslabón que se lo tiene que trasladar al siguiente”.
Cuando se le consultó sobre las mediciones que se realizan y si se entrega alguna constancia, explicó: “La medición de peso altura de área de ojo de bife, no se entrega un certificado al frigorífico, sino que el frigorífico será un beneficiario que no lo reclama y esperamos que lo reclame porque le entregamos un animal con mejor rinde por cortes y además la calidad es mejor que la de un animal indiferenciado. Terminaremos con una degustación de carne genéticamente seleccionada para mostrar que el animal puede rendir más”.
Sobre el trabajo que se realiza en la última parte de la cadena antes de llegar al consumidor, expresó: “Las comprobaciones el frigorífico las hace permanentemente, conoce que hay animales que tienen un rinde diferencial enorme con respecto a otros o a la media, pero en nuestro país no hay un sistema de calificación de las carnes que permita mensurarlo y requerirlo por la industria. En Estados Unidos la cadena de comercialización Walmart comercializa el 40 % de la carne y para la que tiene más del 5 % de grasa intramuscular y que se incluye en la cuota Choice, el supermercado le paga al productor 20 % de bonificación por ingresar a esa cuota. Esa es una bonificación concreta que la industria está dispuesta a pagar por la calidad de la carne, es una clara señal de lo que tiene que ser su selección”.
Cuando se le consultó si en la Argentina estamos muy lejos de eso, en diálogo con el programa “Entre el Campo y la Ciudad” que se emite por radio Colonia AM 550, Martín Vergara explicó: “Yo creo que no estamos tan lejos, estamos estancados porque el país está consumiendo el 95 % de lo producido y la exportación es mínima solo de algunas menudencias y achuras. Nuestro país tiene que lograr una diferenciación de este producto que es un comoditie y tiene que abastecer en exportación a los mercados de alto nivel adquisitivo o de demanda de alta calidad, es absurdo que un país que necesita dólares con el potencial de poder producir carne en cantidades mayores a lo que son las necesidades de los argentinos tenga cerradas las exportaciones, estas se abrirán porque es la tendencia lógica de cómo tienen que suceder las cosas”.
Por otra parte, se refirió a la cadena cárnica y sus distintos eslabones: “La cabaña le vende a los criadores pero tiene que tener en cuenta a todos los eslabones de la cadena cárnica, para que las condiciones sea virtuosa y se traslade al eslabón siguiente mejor calidad de carne, mejor rendimiento y mejores atributos. Esto es que la cabaña a la cría le traslade mejor calidad de parto, velocidad de crecimiento, buena fertilidad y un potencial de crecimiento que tomará el invernador para que los animales puedan aprovechar toda la expresión forrajera a la que están expuestos. A su vez el invernador tiene que trasladarle a la industria frigorífica un mejor rinde especialmente de cortes minoristas, que tengan mayor composición de músculo sobre los huesos y la industria tiene que estar convencida de que comprará esos atributos y se los trasladará al consumidor que la quiere sabrosa. Así lo tiene que entender la cabaña y cada eslabón que se lo tiene que trasladar al siguiente”.
Cuando se le consultó sobre las mediciones que se realizan y si se entrega alguna constancia, explicó: “La medición de peso altura de área de ojo de bife, no se entrega un certificado al frigorífico, sino que el frigorífico será un beneficiario que no lo reclama y esperamos que lo reclame porque le entregamos un animal con mejor rinde por cortes y además la calidad es mejor que la de un animal indiferenciado. Terminaremos con una degustación de carne genéticamente seleccionada para mostrar que el animal puede rendir más”.
Sobre el trabajo que se realiza en la última parte de la cadena antes de llegar al consumidor, expresó: “Las comprobaciones el frigorífico las hace permanentemente, conoce que hay animales que tienen un rinde diferencial enorme con respecto a otros o a la media, pero en nuestro país no hay un sistema de calificación de las carnes que permita mensurarlo y requerirlo por la industria. En Estados Unidos la cadena de comercialización Walmart comercializa el 40 % de la carne y para la que tiene más del 5 % de grasa intramuscular y que se incluye en la cuota Choice, el supermercado le paga al productor 20 % de bonificación por ingresar a esa cuota. Esa es una bonificación concreta que la industria está dispuesta a pagar por la calidad de la carne, es una clara señal de lo que tiene que ser su selección”.
Cuando se le consultó si en la Argentina estamos muy lejos de eso, en diálogo con el programa “Entre el Campo y la Ciudad” que se emite por radio Colonia AM 550, Martín Vergara explicó: “Yo creo que no estamos tan lejos, estamos estancados porque el país está consumiendo el 95 % de lo producido y la exportación es mínima solo de algunas menudencias y achuras. Nuestro país tiene que lograr una diferenciación de este producto que es un comoditie y tiene que abastecer en exportación a los mercados de alto nivel adquisitivo o de demanda de alta calidad, es absurdo que un país que necesita dólares con el potencial de poder producir carne en cantidades mayores a lo que son las necesidades de los argentinos tenga cerradas las exportaciones, estas se abrirán porque es la tendencia lógica de cómo tienen que suceder las cosas”.
Y remarcó: “Cuando Argentina vuelva al concierto de las Naciones no tiene que ir a vender carne molida para hamburguesas, tiene que ir a vender carne de altísima calidad, porque la carne de alta calidad se produce en la Pampa Húmeda mientras que la de baja calidad en el subtrópico, por eso no tenemos que ir a competir con la de baja calidad del subtrópico, sino instalarnos en los mercados de alta capacidad adquisitiva. Esos mercados requieren un área de ojo de bife, una grasa de determinado espesor, un color de grasa determinada, un color de carne determinada, un PH, es decir una serie de especificaciones a las que nosotros nos vamos a tener que acostumbrar. En genética los avances son por conocimiento y saber manejar la información, tenemos que contar con que esos progresos son lentos, permanentes y acumulativos, pensemos que las generaciones son de tres años, porque la vaca que servimos hoy tendrán los novillos que irán a faena en tres años, pero en tres generaciones de elección de los reproductores casi el 90 % de la genética instalada en nuestro rodeo obedece a la elección que hizo el reproductor por eso hay que tener objetivos claros a donde se quiere ir y actuar en consecuencia dependiendo las características que a cada uno le interese”.
Finalmente para todos aquellos interesados en participar de esta Prueba anual de Toros que se desarrollará en Saladillo, podrán inscribirse y pedir más información al mail: pabalo@crea.org.ar
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