La provincia canadiense de Ontario anunció ayer que planea prohibir el uso de pesticidas que se cree son responsables de la muerte masiva de abejas, con el fin de salvar cultivos.
La restricción es rechazada por la industria de químicos, que asegura que el pesticida neonicotinoide es vital para proteger cultivos de maíz y soja de los insectos.
Los pesticidas son menos dañinos para las personas y el medio ambiente comparado con otros químicos, asegura la industria del sector.
Ontario podría convertirse en la primera jurisdicción en América del Norte en regular el uso del pesticida neonicotinoide, mientras Europa se encuentra a medio camino de una moratoria de dos años para su uso.
La muerte de abejas en Ontario alcanzó un récord del 58% el invierno pasado, y el Gobierno señala que este tipo de pesticida es en parte culpable, poniendo en riesgo los cultivos y la producción de miel, valorada en unos 820 millones de dólares anuales.
“Mejorar la salud de los polinizadores no es un lujo, sino una necesidad”, dijo el ministro del Medio Ambiente en Ontario, Glen Murray.
El Gobierno indicó en un comunicado que aspira a una reducción del 80% del número de hectáreas plantadas con maíz tratado con neonicotinoide y semillas de soja para 2017.
Si se aprueba, nuevas reglas serán puestas en marcha el 1 de julio de 2015, a tiempo para la temporada de siembra agrícola de 2016.
El neonicotinoide perturba la capacidad de las abejas de alimentarse, navegar y reproducirse, haciéndolas más susceptibles a las bacterias, virus o microorganismos que les causan enfermedades.
En Ontario, los cultivos de manzanas, cerezas, duraznos, ciruelas, pepinos, espárragos, calabazas y melones, entre otros, dependen de la polinización de las abejas para crecer.
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