Este semana se cumplió un año desde que Axel Kicillof asumió el Ministerio de Economía y Haciendo. Entre otras cosas, su año de gestión estuvo cruzado por un problema central: la falta de dólares en la economía. Hace pocas semanas, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), comenzó a instrumentar la colocación de bonos […]
Este semana se cumplió un año desde que Axel Kicillof asumió el Ministerio de Economía y Haciendo. Entre otras cosas, su año de gestión estuvo cruzado por un problema central: la falta de dólares en la economía. Hace pocas semanas, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), comenzó a instrumentar la colocación de bonos en pesos -el Bonad 2016-atados a los movimientos en la cotización oficial del dólar, conocidos como “dollar-linked”, de los cuales se colocó un total de 983 millonesmillones de dólares (8.350 millones de pesos a un tipo de cambio de 8.49$/U$S).Al pagar al inversionista el valor del tipo de cambio a futuro, en los hechos dichos bonos funcionan como un “seguro de cambio” para quien los suscribe,y lo cubre de una eventual devaluación.La intención oficial es ofrecer alternativas que funcionen como sustitutos del dólar, calmando la demanda de divisas en sus diferentes versiones y quitar presión sobre el mercado cambiario.Una oferta de dichas características a cambio de pesos no es casual: son pocos los actores dispuestos a invertir en activos en pesos, dado que eso las expone demasiado al riesgo de la desvalorización. Es por este motivo que el Gobierno para tentarlos les otorgó este seguro de cambio.
Este bono atado al dólar, que surge de la imperiosa necesidad publica de evitar la caída de las reservas, no es una novedad, y ya tuvo dos pruebas “piloto” en el sector agroindustrial: los adelantos de liquidaciones de divisas de las grandes firmas cerealeras, agrupadas en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y la Cámara de Exportadores de Cereales (CEC) cuyo principal y más rentable producto de exportación y es la soja, el aceite de soja y sus derivados, realizados en Enero de 2014 y nuevamente sobre el cierre de este año, hace pocos dias.
En el Verano de principios de año –con el tema del dólar tan caliente como la temperatura – CIARA Y CEC se habían comprometido a liquidar por ventas de granos y aceites un monto de 2.000 millones de dólares. En ese momento, el objetivo del gobierno era demostrar que podía sostener el tipo de cambio en torno a 8 $ por dólar. En esa emisión de bonos se inauguró el mecanismo de “seguro de cambio”. En aquel momento se destaco el carácter voluntario del acuerdo, afirmando que: “En las conversaciones preliminares al acuerdo, las autoridades nacionales no impusieron la obligatoriedad de suscribir ningún tipo de título público (sólo ofrecieron la suscripción de Letras del Banco Central de la República Argentina –BCRA- como una opción a juicio del exportador) ni las empresas asumieron ningún compromiso de suscribir esas Letras por monto alguno. Para anticipar el ingreso de divisas, las empresas asumieron deudas en dólares con entidades financieras del exterior y compromisos de exportaciones futuras con sus clientes externos.”
En Octubre, ya en Primavera y acercándose un nuevo Verano, Kicillof y el nuevotitular del Banco Central, Alejandro Vanoli, reunieron nuevamente a las grandes empresas de CIARA-CEC, para pedirles que el sector liquidara en el último trimestre unos 6.000 millones de dólares, muy por encima de 4.200 millones de dólares que se calculaba que de operarse normalmente se liquiden hasta fin de año previamente a esta negociación. El 22 de Octubre se firmó el compromiso entre el Gobierno Nacional y CIARA–CEC. Los propios privados en un comunicado oficial afirmaron que“prevén el ingreso de 5.700 millones de dólares en concepto de liquidación de divisas por exportación de granos y productos procesados, durante el último trimestre del corriente año.Como resultado de las reuniones mantenidas con funcionarios del Ministerio de Economía de la Nación, el Banco Central y la Jefatura de Gabinete de Ministros, en las que se efectuaron minuciosos análisis sobre la venta potencial de soja por los productores hasta fin de año, en el marco de la estabilidad cambiaria actual y la perspectiva a la baja de los precios de las commodities, se concluyó que es factible un ingreso de divisas de 5.700 millones de dólares para el último trimestre del año.”. Del total informado,4200 millones corresponderán a por liquidación de ventas externas y otros son 1500 adelanto de futuras operaciones.
La herramienta que logro el acuerdo fue, otra vez, unbono atado a la cotización del dólar, con “seguro de cambio” ante una eventual devaluación, con tasa de interés de 1,75% y vencimiento en 2016. Así las firmas aceiteras y cerealeras introducen divisas que canjean por pesos en el Banco Central, y con esos pesos adquieran un bono con un corto plazo de 2 años, una muy baja tasa de retorno, pero que al momento de vencimiento se pagará también al tipo de cambio vigente.
Se espera con este compromiso que para fin de 2014 la inyección de agro-dólares debería rondar los 24.500 millones de dólares (en los tres primeros trimestres se habían declarado 18.800 millones), y sería superior a los 23.000 millones registrados en promedio en 2012 y 2013. Entre octubre y diciembre del año pasado, habían liquidado solamente 2937 millones de dólares contra los 5700 millones comprometidos para la última parte de este año. Es decir, poco más de la mitad que la cifra actual.El récord del sector agrícola se logró en 2011, con 25.133 millones.
También hubo en esta negociación un acuerdo másallá de la liquidación de divisas, referido a compromisos de autorizaciones de Registros de Operaciones de Exportación (ROE). La agencia oficial TELAM informo que tras el compromiso alcanzado con CIARA-CEC, el gobierno nacional autorizó la exportación de 400.000 toneladas de trigo y 100.000 de harina adicionales, además de otras 500.000 toneladas de maíz correspondientes a la cosecha 2013-2014. El Palacio de Hacienda detalló que la medida fue tomada en conjunto con el ministerio de Agricultura luego de analizar los volúmenes de excedentes exportables de otros cultivos correspondientes a la última cosecha. “Estas definiciones ratifican el compromiso del Gobierno Nacional de permitir que todo el excedente por encima de lo que requiere el mercado interno se destine a la exportación, tal como se expresara a principios de año cuando se instituyó la mesa de diálogo permanente con el sector”, destacó en un comunicado oficial el Ministerio de Economía, Hacienda y Finanzas Publicas. Traducido al castellano: El gobierno acepto que maneja el Sistema de ROES de manera totalmente discrecional, y los direcciona según sus intereses y necesidades del momento. Lejos, muy lejos, quedo el discurso que afirmaba estas medidas eran para “defender la mesa de los argentinos”, hoy los ROE se los pretende usar para conseguir dólares extra y crédito para financiar el déficit estatal.
Mientras el Gobierno mantiene su retórica anti-campo, acusa a los productores de golpistas por esperar el mejor momento para vender sus granos, y critica a las grandes empresas exportadoras, parece ser que el ministro Kicillof tiene un aprecio especial por los dólares del campo y de la soja, o cuando menos, algo parecido a un “amor de verano”, ya que cada vez que sube la temperatura (del termómetro y de las reservas del Banco Central) recurre a las exportadoras de granos y soja para conseguir los dólares que día a día escasean cada vez más en la Argentina.
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