Teniendo en cuenta la disparidad entre el valor percibido por el productor, que llega a ser del 5% respecto del logrado en el consumidor final, la zanahoria (Daucus carota L.) presenta alternativas significativas para el bolsillo de productores pequeños, medianos y grandes, especialmente para aquellos que logren desarrollar estrategias de comercialización directas, y mejorando los […]
Teniendo en cuenta la disparidad entre el valor percibido por el productor, que llega a ser del 5% respecto del logrado en el consumidor final, la zanahoria (Daucus carota L.) presenta alternativas significativas para el bolsillo de productores pequeños, medianos y grandes, especialmente para aquellos que logren desarrollar estrategias de comercialización directas, y mejorando los márgenes según la capacidad de su logística y almacenamiento, para así evitar intermediarios y aumentar los márgenes, inclusive exportando si cumpliera las condiciones y presentando como mercado potencial la exportación de semillas de alta calidad.
Se estima que la región de origen fue en los territorios del antiguo Imperio Persa, principalmente en el área del actual Irán, y se utilizaban mayormente sus semillas aromáticas, y las partes verdes, como sus hojas y parte del tallo, tal cual el perejil y otras especies. Luego del siglo I, empezó a nombrarse el consumo de su raíz. Posteriormente, la variedad denominada “oriental”, de origen en el actual Afganistán, con cierto color purpúreo, fue hacia la Edad Media desplegándose en Europa, principalmente en España, con las variedades de color roja, violeta, amarilla y blanca, mientras que para la época renacentista en los Países Bajos se desarrolló la variedad color naranja, a la cual se la llama zanahoria occidental y se consume habitualmente en la actualidad.
Desde el año 2005, China tiende a ser el mayor productor mundial, con casi 10 millones de toneladas al año según la fuente, llegando a picos de cinco veces con respecto a su inmediato seguidor, que suele variar entre Rusia y Estados Unidos; este último trabaja fuertemente en el desarrollo de variedades y cruzas genéticas para incrementar sus muchos beneficios nutricionales, insertándoles genes de prevención del cáncer entre otras combinaciones. Un escalón más abajo se ubica gran parte de los países de la ex Unión Soviética junto con Europa del Este y Japón.
En la categoría de producción de 200.000 a 270.000 toneladas por año se encuentran, entre otros, Australia, Canadá y la Argentina. En nuestro país, el cultivo se realiza en Cuyo, con foco en Mendoza, NOA, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, y en la provincia de Buenos Aires, en regiones varias, inclusive en la zona cercana a Mar del Plata. Dependiendo del sistema de producción que se elija, se puede realizar prácticamente durante todo el año, variando de sistemas extensivos mecanizados con rindes entre 15 y 25 toneladas por hectárea, o en forma intensiva con trabajo manual de alta calidad. En ambos casos, cuando las prácticas técnicas son óptimas y el clima acompaña, se han logrado rindes de producción hasta las 45 toneladas por hectárea.
Cuando analizamos la cadena, vemos que entre el 50% y el 70% del valor de producto en el consumidor final queda en los intermediarios, entre el 45% y el 25% en el vendedor minorista, y sólo del 5% al 10% al productor, quien corre con todos los riesgos y costos del proceso. Es por ello que los mecanismos tradicionales de comercialización son inadecuados para el desarrollo sustentable y sostenible del pequeño y mediano productor, al caer su producción en algún oportunista que puede manejar con mayor soltura las demandas y estacionalidades del mercado. Aquí es donde sugiero distintas estrategias en el desarrollo de clusters productivos a través de las entidades oficiales y universidades, así como también en la contratación por parte de productores de servicios intermedios en mecanismos de cooperación.
Por último, el desarrollo de variedades pequeñas y tiernas para el consumo gourmet, la producción orgánica con demanda creciente año tras año y el desarrollo de semillas son tres negocios paralelos que se destacan en su posicionamiento y segmentación, duplicando o triplicando los valores que se pueden obtener al consumidor final y/o exportación de grupos de consultores, de especialistas en las áreas de marketing y desarrollo rural regional.
En toda la cadena productiva, quien logre verticalizar va a presentar ventajas que le permitan absorber gran parte del beneficio comercial, ya que existen mecanismos donde las inversiones son mínimas, pero que generan altos valores agregados como, por ejemplo, en la etapa de clasificación por tamaños y calidades, destinándose a distintos mercados y lavándolas para llegar con mejor presentación. Luego los procesos de empaquetamiento y encajonado presentan mayores costos, como también el cortado para industria. No obstante, siguen presentando fuertes beneficios ya que el margen es significativamente superior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.