martes, 25 de noviembre de 2014

Bondades nutritivas de la leche de soja


La leche de vaca es un alimento importante a partir del segundo año de edad por ser rica en nutrientes esenciales como proteínas de buena calidad, calcio, fósforo y vitamina D.
Sin embargo, existen ciertos casos en los cuales no se la puede consumir, en estas circunstancias, la leche de soja puede ser un suplemento adecuado para reemplazarla.
Para ser precisos respecto de las contraindicaciones de la leche común, aquí algunos ejemplos de casos en los que no se la consume: -Alergia a la leche de vaca. Algunas personas desarrollan alergias a las proteínas de la leche de vaca, no se conoce cuáles son las causas, y se caracterizan por irritaciones en la piel, diarrea o síntomas respiratorios, y lo ideal es evitar todos los alimentos que puedan contenerlas como leche, queso y yogur.
Como las proteínas de la leche de soja son de origen vegetal, no generan reacciones alérgicas, puede ser una buena alternativa en estos casos
-Intolerancia a la lactosa. Esto sucede cuando una persona no posee la capacidad para poder digerir los azúcares (llamados lactosa) que se encuentran en la leche de vaca. Considerando que la leche de soja no tiene lactosa, podría ser un buen reemplazo para todos aquellos que posean esta condición.
-Colesterol alto. Una de las causas de aumento de colesterol en sangre puede ser el alto consumo de grasas de mala calidad, llamadas grasas saturadas. Estas se encuentran en los alimentos de origen animal, como por ejemplo en la leche de vaca y sus derivados, por lo cual su médico o nutricionista podría aconsejarle que los evite o que elija aquellos que son descremados o magros.
También existe la posibilidad de elegir leche de soja, ya que no tiene grasas saturadas porque proviene de un vegetal.
-Costumbres o creencias religiosas. Hay ciertas religiones o costumbres alimenticias que no permiten el consumo de leche de vaca en ciertas situaciones específicas, como podría ser el caso de los vegetarianos o aquellos que siguen una dieta “kosher”.
En estos casos, la leche de soja podría ser una buena alternativa, especialmente a la hora de cocinar.
¿Lácteo o jugo? 
Para la licenciada Giselle Balaciano, experta en nutrición y prestadora médica de Aca Salud, “Las proteínas presentes en la soja son de excelente calidad ya que, al igual que las carnes y los lácteos, poseen todos los aminoácidos esenciales”. Sin embargo, la leche de soja no es una leche sino que es un jugo que se obtiene a partir de las semillas de la soja y, si bien su aspecto puede ser similar al de la leche de vaca, tiene un sabor distinto. Lo mismo sucede con derivados como el tofu (queso de soja), y esto puede alterar las preparaciones que realizamos y no adaptarse a gustos y preferencias.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que, si bien la leche de soja posee Calcio, su cantidad y su absorción (es decir la cantidad que efectivamente ingresa al organismo) es menor que en los productos lácteos. El Calcio es fundamental en todas las etapas de la vida: en los niños para su crecimiento y en los adultos para el fortalecimiento de los huesos.
Entonces, si una persona desea dejar de consumir alimentos lácteos de origen animal, el Calcio debe ser suplementado. En conclusión, la leche de vaca siempre es de primera elección en niños mayores de dos años y adultos de todas las edades. Esto, salvo las circunstancias exhibidas, obliga a ponerla al tope del alimento esencial para el desarrollo. Sin embargo, en los casos en los que no se pueda o no se quiera consumirla, la leche de soja puede ser una buena alternativa. Su consumo crece día a día y lejos de los gestos quejosos de los chicos por falta de hábito. Ya está en la lista habitual.

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