domingo, 27 de marzo de 2016

El maíz puede ser una solución a la crisis energética

Cuando los cultivos absorben la energía del sol, se transforman en biomasa, es decir en materia orgánica que, a través de un proceso especial se reconvierte en biogás y luego en electricidad.
A la hora de abordar la situación energética y de pensar en el desarrollo del país, una de las energías renovables con gran potencial es la electricidad generada a partir del maíz, que puede convivir y complementar a la  eólica y la solar, sostuvo un estudio de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA)
En el trabajo se destacó que “cada zona del país tiene potencialidades para diferentes tipos de energías renovables: el viento, el sol, la industria forestal y, en el caso de la zona pampeana, los cultivos como el maíz entre otros energéticos”.
“La problemática energética no sólo está en la generación, sino también en la transmisión de la energía producida. Un punto de solución que tienen las energías renovables es que, generadas en zonas estratégicas, reducen la inversión en infraestructura para trasladarla y las pérdidas que se producen en ese proceso”, manifestó el reporte, remitido a noticiasagropecuarias.com.

En el caso de la biomasa, el objetivo es que las plantas generadoras estén instaladas cerca de localidades del interior para que se alimenten de ellas, además de significar una base de desarrollo industrial y de generación de empleos.
Según FADA, “en nuestro país es estratégico impulsar la generación de energía producida a partir de biomasa agropecuaria, lo que significa utilizar cultivos como el maíz en el que la Argentina es un importante productor y exportador para convertirlos en energía que reemplaza al combustible y gas importado”.
“Así se genera una nueva demanda de un cultivo que necesita aumentar su producción por el efecto positivo que tiene en la sustentabilidad del sistema productivo y la calidad del suelo”, se dijo en el análisis que dirigió el economista David Miazzo.
Cuando los cultivos absorben la energía del sol, se transforman en biomasa, es decir en materia orgánica que, a través de un proceso especial se reconvierte en biogás y luego en electricidad.
“Las posibilidades de aliviar al sistema energético a través de esta alternativa son grandes y eficientes, lo que falta es abordar el desafío de impulsarla. La energía producida a partir de biomasa ya es un hecho y hay plantas funcionando en el país. En Alemania, por ejemplo, hay más de 7.000 plantas funcionando”, se explicó.
En la evaluación, una de las necesidades detectadas es la de lograr un esquema tarifario y un marco regulatorio adecuados, basados en la responsabilidad social y ambiental, con incentivos fijados desde el Estado Nacional.
Además de paliar el problema actual de la generación de energía eléctrica, la bioenergía tiene múltiples ventajas como ahorro de divisas y generar cada planta más de 30 puestos de trabajo directo e indirecto.
La bioenergía, especialmente proveniente del maíz contribuye a las economías regionales: se desarrolla en áreas agrícolas del interior, Córdoba, santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, San Luis, La Pampa.
El subproducto que surge del proceso, el biofertilizante, se reaprovecha y vuelve al suelo para alimentarlo ya que devuelve nutrientes.
Una planta de biogás de 1MW utiliza 500 hectáreas maiceras y enchufa a 800 viviendas mientras que un megavatio de energía por hora se obtiene de 52 toneladas de maíz picado por día, esto es, lo que se suele cosechar en esa superficie.

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