El Consejo Nacional de Producción (CNP) cobra márgenes de entre el 20% y el 26% en la venta a instituciones públicas de pollo y huevos, en el marco del Programa de Abastecimiento Institucional (PAI)
Según informa La Nación, así se desprende de un informe de las ventas del 2014, solicitado ese medio. Según el Programa, un cambio en el sistema de cómputo impide dar estadísticas de años anteriores.
Las altas diferencias son una distorsión y no se ajustan a las metas: comprar a precio justo, pero no pagar caprichos a los proveedores, y vender a valores acordes con el mercado a los entes del Estado, reconoció Jorge Vargas, director del PAI. Por eso, el CNP busca una solución.
La ley del CNP considera que sin la existencia de un programa así, los pequeños empresarios nunca se convertirían en proveedores estatales. Para eso, establece la obligación de los ministerios y entidades autónomas de comprar por medio de ese sistema.
El PAI es el principal programa que administra el CNP, por los volúmenes de compras y porque en este Gobierno representa el 51% de la inversión administrativa total del Consejo.
El objetivo es convertir a pequeños productores de carnes, frutas, verduras y abarrotes en proveedores de entes públicos, en un mercado que se calculó en ¢101.000 millones en el 2014.
Sin embargo, la reducción de la importancia del CNP en gobiernos anteriores, disminuyó las adquisiciones a ¢15.832 millones en el 2013. El año pasado, ante un relanzamiento del actual Gobierno, el PAI compró a los productores ¢20.544 millones.
Los principales clientes son el Ministerio de Justicia, que adquirió ¢8.007 millones para centros penitenciarios en el 2014 y el Ministerio de Seguridad Pública, con compras por ¢7.320 millones para comisarías.
También, vende a los comedores escolares (¢3.660 millones en el 2014), al Instituto Costarricense de Electricidad (¢2.745 millones) y a otras instituciones.
En una respuesta escrita, el Ministerio de Justicia calificó de bueno el cumplimiento del PAI, contrastándolo de manera positiva con otras administraciones.
Agregó que no puede comparar con el mercado abierto, porque en este no hace compras.
Vargas reconoció que los márgenes son una distorsión que arrastra el programa, pero señaló que no implican un aumento de precios para las entidades públicas, que son los clientes.
Explicó que la distorsión se origina, al contrario, en bajas temporales de precios de las compras a proveedores.
Reconoció que los precios de compra a los pequeños productores son más altos que los ofrecidos por grandes empresas, pues estas tienen producción en escala y altos volúmenes de ventas.
El incremento en los márgenes, explicó, se da cuando pequeños productores se quedan sin producto y el PAI (sin que sea su objetivo) debe acudir a las grandes compañías que le venden más barato, mientras el precio pactado de venta se mantiene.
Para eliminar esas alteraciones, el CNP inició este año el sistema de definir precios únicos de compra, tanto para proveedores como para regiones. Así, se estableció que a ese preció único se le añadirá como margen un 10% en carnes.
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