martes, 31 de octubre de 2017

Startups de agro: una autopista de acceso al financiamiento


El programa Autopista 2, impulsado por el Mercado Argentino de Valores, facilita el acceso de las startups al Mercado de Capitales, recorriendo un camino que les permita terminar operando sus acciones.
En los últimos años, la necesidad de invertir recursos en nuevos talentos y emprendimientos surgió con fuerza y se está instalando en la agenda de diversas entidades, algunas muy tradicionales, que hacen una apuesta a la innovación. Tal es el caso del Mercado Argentino de Valores (MAV), una institución de 90 años, que impulsa un programa de acceso al mercado de capitales para startups.

“Anteriormente no había una cultura de financiamiento al emprendedor, a aquella persona que tiene una empresa nueva y disruptiva, casi siempre se financiaron empresas tradicionales, que ya estaban en marcha”, así expresó Fernando Luciani, director ejecutivo del MAV y agrega: “Creo que el desafío de los próximos 5 o 10 años es que los mercados de capitales, los inversores, podamos generar un puente eficiente entre el ahorro y la necesidad de financiar al talento”.

La entidad está trabajando para abrir el mercado de valores a pymes y emprendedores con el nuevo proyecto de Autopista 2, o autopista de acceso al mercado de capitales para startups: “Esto significa que la empresa, que es financiada en estas condiciones, sin tener oferta pública y siendo una startup, se compromete y firma con el mercado un compromiso de ir recorriendo esta autopista, pasando distintas estaciones hasta eventualmente llegar, dentro de un tiempo, a cotizar sus acciones en el MAV”, detalló Luciani.

“Tomando la noción de Private Placement, colocación privada de acciones, regulada por la SEC (Securities and Exchange Commission) en Estados Unidos, lo adaptamos a nuestro país y presentamos a la Comisión Nacional de Valores una normativa que regula esta idea de que inversores privados puedan comprar acciones de una empresa que es una startup”, continuó explicando el director ejecutivo.

Como cuenta Luciani, actualmente hay muchas empresas que no cumplen con los estándares necesarios para ir a la oferta pública, porque la mayoría son empresas que recién empiezan. “El objetivo de todo emprendedor y el punto cúlmine para cualquier empresa es llegar al mercado de capitales. Hoy Argentina le permite acceder a un mercado de capitales segmentado donde existe un mercado inicial, que es MAV, donde las empresas con menores requisitos pueden acceder”.

El director aclara que para entrar al programa hay que tener “medianamente el proyecto cerrado”, ya que no funciona como una incubadora.“Todo lo que tiene que ver con etapas previas de aceleración de empresa no va por esta línea, acá es cuando la empresa puede mostrarles una proyección a los inversores y ellos deciden entrar ahí para potenciar la empresa”.

Este programa se enmarca en un trabajo conjunto que están realizando junto a la Bolsa de Comercio de Rosario desde el área de innovación. “Estamos tratando de que la parte de incubación esté centrada ahí”.

Silicon Valley: equivocarse, una prima de valor

Una delegación de 22 representantes compuesta, entre otros, por Alberto Padoán, presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, y el presidente del Rofex, Andrés Ponte, viajó este mes a EE.UU para conocer y empaparse de la cultura emprendedora.

“En la primera parte del viaje recorrimos Silicon Valley y San Francisco, donde tratamos de entender bien esa cultura del emprendedorismo y los fondos de Venture Capital; y luego hubo una segunda parte, que fue coordinada por Andrés Ponte, presidente de Rofex, en la cual fuimos a Chicago. Ahí participamos de la FIA (Futures Industry Association), que es un evento para mercado de futuros donde Rofex es miembro junto con el MATBA en Argentina”, relató Luciani.

El director ejecutivo contó que el balance del viaje fue 100 % positivo y se llevaron muchas enseñanzas: “En Silicon Valley equivocarse no es un problema, todo lo contrario, es una prima de valor. Nadie llega a ser un mega empresario exitoso si no pasa por algunos errores y fracasos. Esa idea de entender que el error es necesario para ser un emprendedor de alto rango es algo diferencial. En nuestro país esto es castigado, allá se lo valora. Los inversores lo toman como algo positivo”.

Una de las startups que conocieron durante la recorrida fue una empresa aceleradora de proyectos biotecnológicos, de la cual pudieron extraer numerosos aprendizajes para aplicar localmente: “Actualmente estamos trabajando en la creación de una aceleradora biotecnológica junto con el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), así que conocer algo similar allá fue muy productivo. Lo más importante es entender cómo funciona todo el ecosistema emprendedor para luego poder emplearlo acá”, explicó Luciani.

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