“Los japoneses hicieron mucho hincapié en el uso de recursos locales para hacer los preparados anteriormente descriptos, buscando que los productores sean autosuficientes y no tengan que depender de insumos externos”, indicó el ingeniero Vitale.
El ingeniero agrónomo sanjuanino Pablo Vitale viajó a esta nación para capacitarse. El jefe Agencia de Extensión Rural Valle Fértil del INTA indicó: “El curso se llama ‘Metodologías de Extensión para la Agricultura de Conservación Sostenible de América Latina’. El mismo es organizado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA)”.
Según relató el profesional, “se llevó a cabo desde el 19 de junio hasta el 1 de septiembre de este año. La primera etapa fue en Japón, en el centro Internacional de JICA Tsukuba, y la segunda etapa en Costa Rica; para estudiar la ‘Agricultura de Conservación Sostenible’: es un nuevo concepto de Japón y hace referencia a una agricultura tendiente a la reducción de agroquímicos”.
“Participaron 14 becarios de distintos países de Latinoamérica, los países que estuvieron representados fueron Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay, Perú, Colombia, Venezuela, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Cuba y Nicaragua. Por Argentina fui el único participante”, explicó Vitale.
“El programa fue muy extenso e intensivo. Pudimos acceder a muchas técnicas y tecnologías que se desarrollan en los países donde se organizó el curso y además pudimos compartir experiencias con los compañeros de Latinoamérica que ya vienen trabajando en este tipo de agricultura”.
“Algunas de las técnicas que se pueden citar por novedosas o poco conocidas en nuestra zona son la preparación de Bokashi -palabra Japonesa que significa materia orgánica fermentada-, un abono orgánico sólido; MM sólido (Microorganismos de Montaña) son multiplicados para hacer biopreparados que se utilizan como insecticidas, fungicidas y fertilizantes”.
Según relató el profesional, “se llevó a cabo desde el 19 de junio hasta el 1 de septiembre de este año. La primera etapa fue en Japón, en el centro Internacional de JICA Tsukuba, y la segunda etapa en Costa Rica; para estudiar la ‘Agricultura de Conservación Sostenible’: es un nuevo concepto de Japón y hace referencia a una agricultura tendiente a la reducción de agroquímicos”.
“Participaron 14 becarios de distintos países de Latinoamérica, los países que estuvieron representados fueron Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay, Perú, Colombia, Venezuela, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Cuba y Nicaragua. Por Argentina fui el único participante”, explicó Vitale.
“El programa fue muy extenso e intensivo. Pudimos acceder a muchas técnicas y tecnologías que se desarrollan en los países donde se organizó el curso y además pudimos compartir experiencias con los compañeros de Latinoamérica que ya vienen trabajando en este tipo de agricultura”.
“Algunas de las técnicas que se pueden citar por novedosas o poco conocidas en nuestra zona son la preparación de Bokashi -palabra Japonesa que significa materia orgánica fermentada-, un abono orgánico sólido; MM sólido (Microorganismos de Montaña) son multiplicados para hacer biopreparados que se utilizan como insecticidas, fungicidas y fertilizantes”.
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