Es uno de los grandes grupos de alimentación de Europa y su sede social en España (y el origen del grupo) está en Cataluña, lo que la sitúa en el punto de mira de una potencial mudanza dado el desafío soberanista. El gigante lácteo Danone está analizando mantener allí su domicilio social, según indican fuentes próximas a la compañía. La empresa francesa, oficialmente, no se posiciona pero admite estar estudiando los acontecimientos.
“Estamos siguiendo la situación de cerca, pero no haremos más comentarios sobre ella”, indica un portavoz de la empresa. “Sólo podemos decir que seguimos velando por los intereses de nuestros consumidores, clientes, empleados y ‘stakeholders’ en general en estos tiempos tan difíciles”, añaden. Bajo ese concepto anglosajón se incluyen todos los grupos de interés para una compañía, fundamentalmente, sus accionistas, inversores, proveedores, empleados y clientes.
“Danone es una empresa líder internacional con oficinas y fábricas en nueve regiones de España, con más de 2.000 empleados en el país y con sedes en Madrid y Barcelona”, señala el portavoz de la empresa, aunque su domicilio social está en la calle Buenos Aires de la Ciudad Condal.
La relación de Danone
La relación de Danone con Cataluña es muy estrecha. No en vano, allí está el origen de la compañía. La marca Danone nació en Barcelona, en 1919, de la mano de Isaac Carasso, un empresario de origen judío sefardí. De hecho el nombre de la compañía viene de su hijo Daniel Carasso, al que apodó ‘Danon’.
Una década después de su creación la compañía se mudó a Francia. Y no fue el único movimiento corporativo. Poco después del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Daniel Carasso llevó sus pasos a Estados Unidos, a Nueva York. Allí, en 1942 Dannon Milk Products.
Su viaje fue una historia de ida y vuelta. A Francia y, también, a España. Tras vender el negocio estadounidense, volvió al país galo para aliarse con el fabricante de vidrio BSN y con el fabricante lácteo Gervais. En España, la historia fue en paralelo. Una vez concluida la Guerra Civil, Daniel Carasso se asoció con Luis Portabella para desarrollar la Danone local. No fueron los únicos apellidos catalanes de referencia. En su accionariado también hay otros dos nombres de referencia: los Botton y los Fuster. Las cuatro familias han permanecido en el accionariado de la filial hasta hace muy poco.
En 2013, los descendientes de Carasso, Portabella, Fuster y Botton sumaban el 42% de las acciones de la filial española. Desde ese año han ido vendiendo sus participaciones a la propia multinacional. Unos movimientos valorados en 1.700 millones de euros, según señaló el diario ‘Expansión’.
El último paso de esos movimientos lo dio en 2015. Entonces, Produits Laitiers Frais Iberia (el brazo de la matriz francesa) compró más de 2,58 millones de acciones y elevó su control por encima del 98% del capital.
La filial española, que también gestiona marcas de agua envasada (Font Vella y Lanjarón) aún no ha presentado en el Registro sus cuentas de 2016, así que los últimos datos sobre su evolución son los del año anterior. En ese ejercicio, sus ingresos se situaron en 985 millones de euros, casi un 2% menos que el año anterior. En cambio, su resultado despegó desde los 76 hasta los 111 millones de euros. En 2015, asumió que operaba en un “entorno macroeconómico desfavorable” por la evolución del “consumo privado”.
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