La venta de leche uruguaya y productos derivados ha crecido sustancialmente en China en los últimos años como consecuencia del fuerte trabajo del gobierno y de la empresa Conaprole.
Hace pocos días, el vicepresidente de la firma, Alejandro Pérez, visitó el país asiático y mantuvo importantes contactos con grandes empresas del sector para abrir nuevas puertas de exportación.
“La calidad de la leche en polvo uruguaya ya es reconocida en China, pero se puede ampliar a suero, manteca y mozzarella, incluso en investigación o desarrollo de nuevos productos”, explicó a LA REPÚBLICA una fuente de Beijing.
“Existe una oportunidad muy grande para Uruguay, porque China necesita proveedores alternativos a Nueva Zelanda y Australia que son sus principales vendedores. Por calidad, Conaprole ya ha demostrado que está a la altura de las exigencias, pero el problema es la necesidad de un Tratado de Libre Comercio que ubique a Uruguay a la par de las ventajas competitivas que tienen los otros dos países”, agregó.
El jugador más grande del mercado es Nueva Zelanda que tiene un TLC firmado desde hace muchos años y controla el mercado gracias a las ventajas competitivas que le otorga el Tratado de Libre Comercio.
LA REPÚBLICA aprovechó su presencia en la cobertura del XIX Congreso del Partido Comunista Chino para reunirse con representantes del sector lácteo quienes resaltaron la importancia del trabajo que viene realizando Uruguay para convertirse en uno de los mayores proveedores latinoamericanos de leche a China. “Conseguir esto no fue sencillo, hubo que ganarse un lugar en el mercado a fuerza de calidad y de demostrar que Uruguay no triangula lácteos y que vende solo la leche que produce”, observó.
Si bien Nueva Zelanda domina el mercado lácteo, hay espacios que no quedan cubiertos y que brindan una excelente oportunidad a Uruguay que ya es conocido en China como un proveedor alternativo de la alta calidad. El tamaño del mercado permite seguir creciendo, pero ayudaría mucho un Tratado de Libre Comercio que ponga las cosas en mayor paridad ya que Nueva Zelanda puede vender hasta 110 mil toneladas sin impuestos.
Si bien la alternativa de lograr este acuerdo está abierta, en los últimos meses ha permanecido congelada debido a la negativa del Mercosur a permitir que Uruguay pueda llevar adelante un TLC por su propia cuenta sin la participación de los otros países de la región.
Brasil, el escollo
Brasil, el escollo
El mayor escollo lo representa Brasil, que ha puesto permanentemente trabas a un acuerdo entre el Mercosur y China por temor a la invasión de productos chinos en desmedro de su industria nacional. Al mismo tiempo se opone a que Uruguay pueda negociar directamente y por fuera del bloque aduciendo reglamentos internos del organismo regional.
Sin embargo, las restricciones que el gobierno brasileño impusieron a la entrada de leche uruguaya a su país, reavivaron el debate ante el reclamo del gobierno de Tabaré Vázquez por la intransigencia de Michelle Temer.
Uno de los primeros en salir a cuestionar la decisión de Brasil y en proponer una nueva discusión sobre la agenda comercial con China fue el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Tabaré Aguerre. “China es el principal importador de lácteos del mundo, pero tenemos una diferencia arancelaria con Nueva Zelanda que nos impide venderle más. Si la leche de Uruguay molesta en Brasil, que nos autoricen entonces a negociar un acuerdo arancelario directo con China”, señaló.
¿Es posible esto sin resentir las relaciones con los miembros del Mercosur o es necesario jugar una carta más fuerte e imponer condiciones a los vecinos?, es la pregunta que más se escucha por estas horas. La respuesta vino de una destacada voz de Cancillería: “No hay respuesta ni simple, ni única a esta pregunta. Es la reflexión profunda que sobre el tema de la inserción internacional se tiene que hacer el Uruguay al máximo nivel político”.
“Embargo” a mercadería uruguaya
“Estamos haciendo una verificación de las denuncias que recibimos. Cuando Uruguay presente los documentos necesarios que Brasil está pidiendo, vamos a liberar” las importaciones, dijo a la AFP el ministro brasileño de Agricultura Blairo Maggi.
“No tenemos grandes motivos para mantener todo ese embargo”, añadió.
Brasil tomó esa medida tras denuncias de sus productores de que los lácteos uruguayos provienen de una triangulación que les permite entrar a ese mercado con un precio bajo que perjudica la competencia.
“Tomamos una medida y bloqueamos la leche de Uruguay hasta que Uruguay nos muestre que la leche que está produciendo es de ahí, que es leche de Uruguay”, dijo el ministro. “En cuanto comprobemos eso, yo no tengo mecanismo para bloquear”, añadió.
“Lo ideal aquí sería que discutiéramos con Uruguay (un sistema) como el que tenemos con Argentina”, dijo Maggi.
“No se trata de disminuir la cantidad de leche que viene, sino establecer cuotas mensuales de entrada para que el mercado pueda hacer su lectura y se estabilicen los precios”, afirmó.
Sin embargo, el fin del bloqueo no está sujeto al establecimiento de esas cuotas, aclaró, sino a la comprobación de que la leche que Uruguay exporta es efectivamente producida allí y no en Argentina o Nueva Zelanda, como alegan algunos representantes del sector en su país.
El gobierno uruguayo protestó contra la medida y sostiene que “es imposible hacer una triangulación”, según el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa.
“Uruguay no importa leche para revenderla, los lácteos (que importa) Uruguay son productos terminados”, indicó.
“Uruguay no importa leche para revenderla, los lácteos (que importa) Uruguay son productos terminados”, indicó.
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