Hablar de rinitis atrófica (RA) parece que esté pasado de moda. Cuando se busca bibliografía sobre esta enfermedad, la mayoría de las publicaciones que se encuentran son de los años 80 o 90, cuando realmente se descubre su verdadera etiología, que se publica por primera vez en la IPVS de Copenhague de 1980. La aparición de las vacunas ha permitido controlar la clínica de la enfermedad hasta el punto que parece que ya no importa. Pero, hoy en día, en España, todavía aproximadamente un 40% de las madres están vacunadas, aunque no tenemos datos de prevalencia de lesiones en matadero.
La OIE reconoce hoy dos tipos de rinitis: la severa o progresiva causada por P. multocida toxigénica tipos capsulares D o A, con o sin B. bronchiseptica; y la leve o no progresiva causada por B. bronchiseptica. La prevalencia de ambas enfermedades es muy distinta. En 2004 se realizó un estudio en Italia sobre 104 animales retrasados procedentes de 4 explotaciones que no vacunaban frente a RA que se sacrificaron para valorar la presencia de lesiones típicas de rinitis. Los animales con lesiones representaron entre un 31% y un 72% dependiendo de la granja, mientras que los animales positivos a B. bronchiseptica fueron entre un 16% y un 84% pero sólo se encontró un positivo a P. multocidadermonecrótica (DNT). En España, en 2010 N. García-Benzaquén en su tesis Doctoral realizada en la Universidad Complutense de Madrid caracterizaba fenotípica y genéticamente aislados de P. multocidade procesos neumónicos de porcino, de todos ellos tan solo el 7,8% tenían la capacidad de producir la toxina DNT.
En ocasiones pueden darse signos clínicos y lesiones típicas sin que haya un aislamiento de P. multocida DNT (Vidal, et al. 2003). Las lesiones que se observan en matadero pueden ser la consecuencia de ambos tipos de rinitis, pero es muy probable que la causada exclusivamente por B. bronchiseptica sea la responsable de una buena parte de ellas. Así por ejemplo, en dos explotaciones que seguimos, habitualmente libres de rinitis atrófica progresiva, las puntuaciones medias de cornetes en matadero eran bajas (ver gráfico1), pero cuando se analizaba la presencia de los distintos grados de lesión, alrededor de un 10% de los animales presentaban lesiones de grado superior a 2 (tabla 1). Es curioso comprobar que en estudios anteriores, llevados a cabo en otros países, como por ejemplo el realizado en 1982 por la MLC (Jackson) sobre 1499 cerdos (tabla 2), los resultados que encontraron no son muy distintos de los encontrados en estas dos explotaciones.
Gráfico 1: Puntuaciones medias de dos explotaciones libres de rinitis atrófica progresiva.
Lesiones (%)
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Granja
| |
A
|
B
| |
Grado 2
|
14
|
21
|
Grado > 2
|
12
|
8
|
Tabla 2: Detalle del porcentaje de las lesiones de grado 2 o superior en el estudio realizado por Jackson en 1982.
Lesiones (%)
|
UK (1982)
| |
Bajo
|
Alto
| |
Grado 2
|
12
|
15,5
|
Grado > 2
|
En Francia MSD/Intervet llevó a cabo recientemente (2010) un estudio de prevalencia de lesiones de rinitis atrófica en matadero de las zonas de Bretaña, Normadía y Pays de la Loire. Inspeccionaron 4037 cerdos de 207 granjas (20 cerdos por explotación de media) y todas ellas fueron controladas por un único inspector. En este caso un 28,3% de los cerdos presentaron lesiones medias o severas (puntuación sobre 18 puntos) pero sólo un 2,2% presentaron lesiones que se podrían clasificar de severas. En cuanto a los lotes, la puntuación media fue de 1,9 y el 25% de los lotes con más lesiones tuvieron una puntuación media superior al 3,1.
La evolución sufrida en Francia cuando se compara el estudio actual con anteriores estudios (Bretaña 1987) ha sido positiva reduciéndose las prevalencias de lesión individual de un 44% al 28,3%, pero sigue siendo un porcentaje importante los animales que llegan con lesiones al matadero.
El uso de la vacunación en aquellas explotaciones que habían tenido evidencias clínicas de rinitis ha supuesto una mejora considerable, especialmente en lo que a signos clínicos se refiere, sin embargo, todavía queda camino por recorrer a la vista de las lesiones que todavía se observan en matadero. Como ya se ha comentado en anteriores artículos son numerosos los factores que pueden afectar negativamente a esta enfermedad por lo que será importante, aparte de vacunar, no olvidarnos de aplicar aquellas medidas que sabemos pueden ser muy efectivas como la tecnología del todo dentro-todo fuera en las fases de crecimiento y cebo, y mantener a los cerdos en unas correctas condiciones ambientales, tanto en lo que respecta a las densidades de alojamiento como a las de ventilación y calidad del aire que respiran.
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