Existen diferentes sistemas para alojar a cerdas gestantes en grupos y todos tienen ventajas e inconvenientes, lo que hace que nos encontremos diferentes sistemas en las granjas de reproductoras. Si bien es cierto que todos los sistemas tienen algún punto flaco también lo es que con un diseño y un manejo adecuado la mayoría son capaces de proporcionar resultados óptimos.
Desde que las granjas de madres se han adaptado a la normativa de bienestar animal, podemos distinguir tres realidades bien diferenciadas:
Granjas que producen mejor que antes de adaptarse al bienestar animal, algunas de forma significativa.Granjas que mantienen unos niveles similares de productividad.Granjas en las que la productividad ha disminuido (que serán el tema de este artículo).
Si bien existen otros factores, como cambios en el estado sanitario, los dos principales factores que hacen que ciertas granjas no hayan tenido éxito en adaptarse a la normativa de bienestar son las deficiencias en el diseño y el manejo.
Los principales efectos (productivos/económicos) observados han sido:
Disminución de los nacidos.
Aumento de los días no productivos.
Disminución tasa de partos.
Aumento del consumo de pienso.
Aumento de bajas de cerdas y cerdas sacrificadas.
Aumento de la mortalidad predestete y menor calidad del lechón destetado.
Todos estos parámetros tienen una importante repercusión en la economía de una granja.
A nivel de granja, los problemas más comunes que se observan y afectan desde uno a todos los parámetros mencionados anteriormente son los siguientes:Aumento de pérdidas embrionarias y abortos.
Aumento de problemas locomotores.
Dificultad para supervisar individualmente a las cerdas.
Desigualdad en la condición corporal de las cerdas.
Mayor dificultad en mantener la temperatura de las naves en invierno debido a la menor cantidad de cerdas por metro cuadrado/cúbico.
Las principales diferencias con el sistema anterior a la aplicación de la ley de bienestar son:
Aumento de las peleas entre cerdas (intrínseco al sistema).
El momento en el que el nuevo sistema obliga a mezclar a las cerdas afecta negativamente a su productividad: 28 días post cubrición (existen datos de campo para afirmar que mezclando las cerdas al menos 35 días después de la cubrición los datos de prolificidad son mejores). Una alternativa es llevarlas a la gestación confirmada en menos de 4 días desde la cubrición.
Algunos diseños y manejos hacen que las cerdas estén menos confortables de lo que estaban en jaulas (no debería ser así):Diseños con elementos en el corral que pueden causar daños físicos en los animales, elementos cortantes, rejillas en mal estado, suelos resbaladizos etc. Que ya causaban daño en gestaciones en jaulas, pero al estar las cerdas sueltas el daño aumenta.Falta de espacio donde los animales puedan tumbarse: no cuentan sólo los metros cuadrados, también son importantes los metros lineales, sin obstáculos como muros o jaulas.No considerar que, al bajar las densidades las naves serán más frías en invierno, aumentando el consumo de pienso y en algunos casos comprometiendo el mantenimiento de la gestación.
Imposibilidad de alimentar individualmente y simultáneamente a todas las cerdas (intrínseco al sistema):
El único sistema que permite una alimentación completamente individual es la alimentación electrónica, pero las cerdas no pueden comer todas a la vez, lo que sería su comportamiento natural.En el resto de sistemas o bien comen todas las cerdas del grupo por igual (lo que implica que si entran con diferentes estados de carnes saldrán con diferentes estados de carnes), o bien habrá cerdas que coman más (y engorden demasiado) y cerdas que coman menos (y pierdan demasiada condición corporal).
Estas son características generales de los sistemas de gestantes en grupos; cada sistema (y éste en cada granja específica) tiene unas particularidades que requieren ser consideradas para resolver los problemas que ocasionan. En las dos tablas siguientes se resumen estos efectos para los distintos sistemas.
Sistema
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Espacio
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Suelo
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Consumo
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Manejo
|
Alimentación ad libitum
|
***
|
***
|
*
|
*
|
Alimentación en suelo
|
**
|
**
|
**
|
**
|
Alimentación líquida
|
**
|
*
|
**
|
**
|
Caída lenta
|
**
|
***
|
***
|
***
|
Jaula libre acceso
|
***
|
***
|
****
|
****
|
Alimentación electrónica estática (1)
|
****
|
***
|
****
|
***
|
Alimentación electrónica dinámica (1)
|
****
|
***
|
****
|
**
|
Semibox largo (2)
|
***
|
***
|
***
|
***
|
Semibox corto (3)
|
***
|
***
|
***
|
**
|
Tabla 1. Valoración de los sistemas de alimentación en porcino
(*) = Pobre, (**) = Moderado, (***) = Bueno, (****) = Muy bueno.
Autor: Bjarne Pedersen (Danish Farm Design)
(1) La tabla original no distingue entre alimentación electrónica en grupo estático y dinámico.
(2) y (3) añadidos por el autor debido a su popularidad en España.
Autor: Bjarne Pedersen (Danish Farm Design)
(1) La tabla original no distingue entre alimentación electrónica en grupo estático y dinámico.
(2) y (3) añadidos por el autor debido a su popularidad en España.
Sistema
|
Individual
|
Grupo
|
No control
|
Alimentación ad libitum
|
*
| ||
Alimentación en suelo
|
**
| ||
Alimentación líquida
|
**
| ||
Caída lenta
|
*
| ||
Jaula libre acceso
|
**
| ||
Alimentación electrónica estática (1)
|
**
| ||
Alimentación electrónica dinámica (1)
|
**
| ||
Semibox largo (2)
|
*
| ||
Semibox corto (3)
|
*
|
Tabla 2. Valoración de los sistemas según la precisión de la alimentación
(*) Dentro de un nivel de precisión es menos eficiente.
(**) Dentro de un nivel de precisión es más eficiente.
(**) Dentro de un nivel de precisión es más eficiente.
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