Ante esta situación, el titular de la cartera de Asuntos Agrarios de la Provincia, Alejandro Rodríguez, se comunicó con intendentes de los municipios más afectados por el calor.
Un reporte del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) declaró en estado de alerta a la carne vacuna ya que las altas temperaturas podrían provocar disconfort térmico o estrés calórico en bovinos en general, y con impacto en cuencas lecheras en particular. Ante esta situación, el titular de la cartera de Asuntos Agrarios de la Provincia, Alejandro Rodríguez, se comunicó con intendentes de los municipios más afectados por el calor y con representantes de las entidades agropecuarias provinciales, para monitorear en forma permanente el impacto en el ganado bovino, se informó oficialmente.
Se trata de Mario Meoni de Junín, Pablo Zurro de Pehuajó, y los alcaldes de Bolívar y Dolores para coordinar el monitoreo.
La decisión fue tomada tras analizar un reporte emitido por el INTA, organismo que advierte que los valores del ITH (Índice de Temperatura y Humedad) estuvieron en las últimas horas dentro de los registros que configuran alerta para el ganado vacuno, ya que pueden provocar disconfort térmico o estrés calórico en bovinos en general, y con impacto en cuencas lecheras en particular.
Rodríguez recordó las recomendaciones para estos casos: que los animales tengan acceso a reparos del sol, así como posponer movimientos o hacerlos en horas tempranas para evitar exponerlos.
Baja en la producción
Guillermo Giannasi, vicepresidente 2º de la Federación Agraria de la Provincia de Buenos Aires, expresó que “los animales sufren el calor igual que las personas. En el caso de las vacas lecheras, disminuye su producción y, en el tema de la carne, no suma los kilos necesarios diarios porque por el calor no come. En lo que se refiere a la lechería, hay una merma de entre un 20 y un 25%, con lo cual una vaca que estaba dando 20 litros de leche, con el calor da alrededor de 15 litros. Contra las altas temperaturas, más que mitigarlas, otra cosa no podemos hacer. Hay que tratar de darles a los animales un grado mínimo de confort, como por ejemplo buena sombra y abundante agua fresca. Hay que ordeñarlas más temprano y largarlas al campo a las 5 de la mañana, cosa que cuando el sol comienza a apretar, el animal ya esté alimentado y a la sombra”.
Luego, destacó que “este tema me preocupa enormemente y a esto le sumo que en el invierno en los pueblos se talan muchos árboles que luego no reponen en primavera, con lo cual seguimos con el problema de la falta de sombra. Otro tema es que los maíces que se sembraron entre septiembre y octubre están todos en floración y estamos en una época crítica porque necesitaríamos al menos 8 mm de lluvia diaria y hace muchos días que no cae una gota y las temperaturas son muy altas”.
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