México rompió el récord en sus exportaciones de mango fresco y deshidratado a Estados Unidos en 2017, con un total de envíos de 334 millones de dólares.
Ambos tipos de productos tienen un potencial crecimiento en las ventas foráneas de México, por la posición geográfica, controles fitosanitarios, acuerdos comerciales, calidad del producto y necesarias mejoras logísticas en el país.
Las exportaciones mexicanas de mango fresco al mercado estadounidense sumaron 278 millones de dólares en el año pasado, un alza interanual de 6.1%; mientras que las ventas externas de mango deshidratado, llegaron a 56 millones de dólares, un crecimiento de 30.1%, a tasa anual, con máximos históricos en ambos casos.
En México, el Mango Ataulfo del Soconusco Chiapas posee denominación de origen desde 2003, que se aplica al que tiene un peso promedio de 350 gramos y se caracteriza por una composición promedio de 69% de pulpa, 19% de cáscara y 8.5% de hueso o semilla.
En Japón, hay una demanda creciente de variedades con cáscara dura: Kent, Haiden, Tommy y Ataulfo. México es el proveedor más antiguo de mango a Japón y el líder en ese mercado.
Según la Secretaría de Agricultura, México ha mantenido su liderato al ofrecer un fruto rico en sabor y por cumplir altos estándares de calidad y los requisitos fitosanitarios, como ser reconocido como libre de la mosca de la fruta en los estados de Sinaloa, Michoacán y Nayarit (principales exportadores).
Al tiempo que México se mantiene como el mayor exportador de mangos frescos del mundo, este fruto ha sido la punta de lanza de las exportaciones mexicanas de frutas deshidratadas.
Se trata de un negocio que puede ser prometedor si se considera la fortaleza de la producción de frutas frescas de México y el gran mercado internacional de frutas secas.
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