El Seminario Acsoja 2017, presentará los estudios realizados por los investigadores de la EEA del Inta Oliveros, vinculados a la reducción del impacto ambiental cuando se utilizan herramientas adecuadas como el Manejo Integrado de Plagas (MIP).
En esta oportunidad, el profesional asociado, Juan Carlos Gamundi y la Entomóloga Evangelina Perotti, explicarán por qué si los plaguicidas solo se aplican cuando es necesario, evitando los tratamientos preventivos y usando insecticidas que afecten lo menor posible a los enemigos naturales, los daños a la sustentabilidad ambiental se reducen en un margen de 4 veces.
En principio, la exposición pasará por explicar la necesidad de manejar las plagas en forma integral, aplicando nuevos conceptos como es la utilización de los umbrales de daño combinados, que se aplican cuando se tiene la presencia secuenciada o simultanea de más de una plaga. Asimismo se mostrarán resultados sobre la integración de las sojas Bt al MIP y diferentes estrategias de manejo de los refugios.
Cabe destacar, que el encuentro abrirá la discusión e intercambio sobre los beneficios y desaciertos de las actuales estrategias de control de plagas en el cultivo de la soja.
“El riesgo y el miedo a perder, inducen a acciones de tipo preventivas o a la utilización de mezclas de plaguicidas buscando supuestos beneficios de mayor volteo y persistencia, que la mayoría de los casos no ocurren”; alertó Juan Carlos Gamundi.
Bichos
La referencia de la EEA Oliveros, parte de un trabajo comparativo sobre distintos sistemas de manejo, donde se destaca el Manejo Integrado de Plagas, como paradigma de cambio.
Gamundi, reconoce que la diferencia de rendimientos entre no controlar a las plagas y aplicar un método racional de control, muestra en promedio una pérdida del 49 %. Es decir, si no se actuara sobre las plagas regionales más importantes de la soja, las pérdidas de rendimientos se estarían llevando la mitad del cultivo.
“La zona núcleo presenta estos valores de caídas, por acción de las plagas. El INTA, tiene interés en mostrar las ventajas que otorga un manejo integrado, basado en un buen monitoreo, así como también, el conocimiento de los daños que provocan diferentes niveles de infestación, según el estado fenológico del cultivo. La elección de los plaguicidas, ya sea el tipo y la dosis son los elementos fundamentales del MIP, en respuesta a las modificaciones que ha sufrido el sistema de producción de soja; siembra directa, cambio de cultivares, menores espaciamientos entre líneas de siembra, aparición de nuevas plagas, entre otros” ”, concluyó a manera de anticipo el especialista.
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