Existen cinco tipos principales de hepatitis vírica en seres humanos designadas como hepatitis A, B, C, D y E. La hepatitis E está causada por el virus de la hepatitis E (nombre taxonómico HEV, Orthohepevirus A), un virus ARN no envuelto perteneciente a la familia de los hepeviridae. Según las estimaciones de la OMS, hay aproximadamente 20 millones de infecciones por HEV cada año en personas de todo el mundo. La transmisión de este virus ocurre con frecuencia a través de la vía oro-fecal, a menudo asociada con malas condiciones de higiene y agua potable contaminada. En los seres humanos, el HEV suele estar asociado con una infección subclínica leve a corto plazo. Los signos de la hepatitis E aguda pueden incluir ictericia, fatiga y náuseas y a menudo se manifiesta como una enfermedad con ictericia que remite espontáneamente. La progresión hacia una insuficiencia hepática severa fulminante puede ocurrir en ciertos grupos de alto riesgo. Además de los seres humanos, HEV también se ha identificado en una amplia gama de animales domésticos y salvajes; Sin embargo, la información sobre la importancia clínica del HEV en las diferentes especies animales sigue siendo muy limitada. Las cepas de HEV se pueden dividir en ocho genotipos diferentes (tabla 1). Los genotipos 1 y 2 se limitan a los seres humanos y se asocian con epidemias. Todos los otros genotipos en esta especie han sido identificados como huéspedes de una gama creciente de mamíferos. Desde el punto de vista de la salud pública, se sabe que los genotipos 3, 4 y 7 pueden cruzar barreras entre especies y, por tanto, son los que tienen mayor potencial zoonótico. Los casos esporádicos y agrupados de hepatitis E en seres humanos se han relacionado con el consumo de carne contaminada ya sea cruda o insuficientemente cocinada de cerdo, jabalí o venado y, más recientemente, leche de camello.
Tabla 1: Clasificación genotípica del virus de la hepatitis E (HEV) o Orthohepevirus A, incluyendo el rango del huéspedes, la distribución geográfica y el potencial zoonótico.
Tabla 1: Clasificación genotípica del virus de la hepatitis E (HEV) o Orthohepevirus A, incluyendo el rango del huéspedes, la distribución geográfica y el potencial zoonótico.
Genotipo | Rango de hospedadores | Distribución geográfica | Potencial zoonótico |
1 | Humanos | Asia | |
2 | Humanos | México, África | |
3 | Humanos Cerdos, jabalí Conejos Ciervo Mangostas Alce Cabras Vacas | Global | Sí |
4 | Humanos Cerdos, jabalí Ciervo Cabra Vaca | Asia, Europa | Sí |
5 | Jabalí | Japón | Probable |
6 | Jabalí | Japón | Probable |
7 | Camello, Humanos | Oriente Medio | Sí |
8 | Camello Bactriano | Oriente Medio | No |
No clasificado hasta la fecha | Alce | Suecia | No |
Garceta | Hungría | No | |
Cernícalo | Hungría | No |
El HEV se identificó por primera vez en cerdos en 1997 y hasta la fecha se acepta que los genotipos 3 (con más frecuencia), 4, 5 y 6 circulan en cerdos y jabalíes (tabla 1). La infección por HEV en cerdos parece ser ubicua. La mayoría de las explotaciones de porcino en las principales zonas productoras de cerdos del mundo son seropositivas con anticuerpos anti-HEV. Normalmente, los cerdos presentan una infección subclínica y no tienen lesiones macroscópica en hígado, pero pueden tener leves lesiones microscópicas de hepatitis multifocal linfoplasmocítica. Los cerdos se infectan por contacto directo con heces de cerdos infectados o por exposición a agua y/o a pienso contaminado con HEV. Los cerdos infectados generalmente tienen una viremia corta de 1-2 semanas de duración (fig. 1). El tiempo que transcurre desde la infección a la excreción del virus a través de las heces puede variar de 1 a 4 semanas. La respuesta mediante anticuerpos anti-IgM puede ser detectada por primera vez 1-3 semanas después de la infección y pueden durar hasta 10 semanas después de la infección. La respuesta anti-IgG suele ser detectable a las 1-3 semanas después de la infección y puede persistir durante muchos meses, incluso años (fig. 1). La mayoría de los lechones recién nacidos tienen anticuerpos adquiridos de forma pasiva que duran hasta los 2-3 meses de edad y se considera que confieren protección. Una vez que estos anticuerpos disminuyen, la mayoría de cerdos se infectan con HEV y desarrollan una respuesta inmune eficaz.
Los cerdos y los jabalíes se consideran reservorios importantes para las infecciones en humanos. La transmisión a los seres humanos ocurre vía contacto directo, consumo de carne de cerdo cruda o insuficientemente cocinada o de productos del jabalí, como las salchichas. Diferentes investigaciones de campo han descubierto que entre el 2% y el 11% de los hígados de cerdo comercializados en los supermercados de Japón, Europa y Estados Unidos eran positivos al ARN del VHE y se confirmó la infectividad del VHE en modelos animales. También es posible la transmisión indirecta por contacto producida a través de la exposición a purín de cerdo infectado con HEV. Se ha identificado HEV en fresas cultivadas en Canadá, en frambuesas congeladas y vegetales producidos para ensaladas en Europa, probablemente debido a contaminación con el agua del riego. Además, los genotipos 3 y 4 del HEV también se pueden identificar con frecuencia en mariscos, incluyendo ostras, ostras planas, mejillones y almejas; se sospecha que se produce esta contaminación a través de la bioacumulación a partir del agua y la concentración del virus en sus tejidos digestivos.
En los últimos años en China se ha comercializado una vacuna para la población humana frente a HEV y parece ser eficaz. Aunque se ha desarrollado y probado una vacuna para HEV en cerdos, este producto no está disponible comercialmente ya que el interés de la industria porcina en esta vacuna es limitado a día de hoy. Los seres humanos tienen más probabilidades de estar expuestos a HEV ahora que la carne de cerdo cruda o poco hecha y los productos de jabalí son cada vez más populares en ciertos grupos demográficos, los órganos de cerdo se consideran con frecuencia para su uso en trasplantes humanos y los productos farmacéuticos derivados del cerdo son cada vez más utilizados en medicina humana. Dado que el riesgo de exposición al virus de la Hepatitis E parece aumentar en la población humana, está surgiendo una oportunidad para la producción y certificación de productos cárnicos libres del virus de la hepatitis E, especialmente la carne de cerdo.
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