Desde la Federación de Viñateros piden que se controle cada camión que ingresa, y que se lo haga según el cumplimiento de las normas argentinas y no chilenas.
Desde octubre del año pasado se hizo muy fuerte la importación de vino a granel para su embotellado en Argentina. Esta situación viene siendo denunciada por las distintas organizaciones de los productores viñateros, que ahora empezaron a mencionar el incumplimiento de normas argentinas con respecto a la especificación del vino.
La Federación de expresó su preocupación por la importación de vinos desde Chile y pidió controles al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que depende del Estado nacional.
Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros, explicó que en Chile están permitidas determinadas prácticas en la producción de vino, que sin embargo están prohibidas en el país. Lo que reclama la Federación, es que al ser un vino finalmente embotellado en el país, debieran cumplirse también esas normas, o de lo contrario no dejarse importar.
En concreto, en nuestro país está prohibida la práctica de “hidratar” el vino, es decir, ponerle agua. En Chile esto puede hacerse hasta un 10% del volumen total, lo que resulta en costos (pero también calidad) más bajos. El vino importado a granel, que podría incluso estar certificado en Chile, podría tener estas características.
Según Garcés, las diferencias no terminan ahí, ya que entre sus reclamos también señaló que: “(En Argentina) no se puede usar la enocianina (un derivado de la uva que se usa para teñir vinos), pero en Chile sí, entonces no sabes qué clase de vino está ingresando”.
Garcés también apuntó a otra cuestión de la producción: “Creemos que se están cortando los vinos de mucho color con vinos blancos nuestros y eso no se controla. La única forma es que cada camión al ingresar al país le saquen una muestra”, indicó Garcés, y pidió que haya inspectores en la Aduana que controlen esta cuestión. Su propuesta es que se saquen muestras de algunas botellas cada decenas de camiones que entran, y queden registradas con número de patentes y destino al que se dirigen.
Pedidos al Ministerio de Agroindustria
Juan José Ramos, presidente de la Asociación de Viñateros Independientes contó a la prensa que el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, se comprometió a evaluar el pedido de limitar las importaciones. Garcés también contó que le han pedido reiteradas veces al Gobierno nacional que implementara medidas para frenar el ingreso de vino desde Chile, pero que aún no tuvieron respuestas.
“Nos dijeron en diciembre (desde el Ministerio de Agroindustria de la Nación) que la importación no se prohíbe porque la balanza comercial era muy positiva. Lo que nos preguntamos los viñateros es si el gobierno chileno le exigió al gobierno argentino que le comprara vino o si fueron nuestros industriales los que fueron a buscar vino para seguir planchando el precio”, consideró.
Desde octubre del año pasado se hizo muy fuerte la importación de vino a granel para su embotellado en Argentina. Esta situación viene siendo denunciada por las distintas organizaciones de los productores viñateros, que ahora empezaron a mencionar el incumplimiento de normas argentinas con respecto a la especificación del vino.
La Federación de expresó su preocupación por la importación de vinos desde Chile y pidió controles al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que depende del Estado nacional.
Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros, explicó que en Chile están permitidas determinadas prácticas en la producción de vino, que sin embargo están prohibidas en el país. Lo que reclama la Federación, es que al ser un vino finalmente embotellado en el país, debieran cumplirse también esas normas, o de lo contrario no dejarse importar.
En concreto, en nuestro país está prohibida la práctica de “hidratar” el vino, es decir, ponerle agua. En Chile esto puede hacerse hasta un 10% del volumen total, lo que resulta en costos (pero también calidad) más bajos. El vino importado a granel, que podría incluso estar certificado en Chile, podría tener estas características.
Según Garcés, las diferencias no terminan ahí, ya que entre sus reclamos también señaló que: “(En Argentina) no se puede usar la enocianina (un derivado de la uva que se usa para teñir vinos), pero en Chile sí, entonces no sabes qué clase de vino está ingresando”.
Garcés también apuntó a otra cuestión de la producción: “Creemos que se están cortando los vinos de mucho color con vinos blancos nuestros y eso no se controla. La única forma es que cada camión al ingresar al país le saquen una muestra”, indicó Garcés, y pidió que haya inspectores en la Aduana que controlen esta cuestión. Su propuesta es que se saquen muestras de algunas botellas cada decenas de camiones que entran, y queden registradas con número de patentes y destino al que se dirigen.
Pedidos al Ministerio de Agroindustria
Juan José Ramos, presidente de la Asociación de Viñateros Independientes contó a la prensa que el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, se comprometió a evaluar el pedido de limitar las importaciones. Garcés también contó que le han pedido reiteradas veces al Gobierno nacional que implementara medidas para frenar el ingreso de vino desde Chile, pero que aún no tuvieron respuestas.
“Nos dijeron en diciembre (desde el Ministerio de Agroindustria de la Nación) que la importación no se prohíbe porque la balanza comercial era muy positiva. Lo que nos preguntamos los viñateros es si el gobierno chileno le exigió al gobierno argentino que le comprara vino o si fueron nuestros industriales los que fueron a buscar vino para seguir planchando el precio”, consideró.
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