El tiempo que transcurre entre el almacenamiento de las frutas y hortalizas frescas en las instalaciones del mayorista y su transporte hasta el consumidor final es excesivo y, dado que los contenedores estándares no reproducen las condiciones ideales para estos productos, la vida útil y la calidad pueden resultar afectadas. Para resolver este problema, la empresa Freshbox ha diseñado un contenedor propio que crea las condiciones ideales para el transporte.
Freshbox es un contenedor de transporte que prolonga la vida útil de los productos frescos en un 30% en comparación con los contenedores convencionales. Así, también mejora la calidad y, a fin de cuentas, se disminuye un 20% el desperdicio alimentario, según afirma la empresa. El productor puede ampliar la vida útil de sus frutos y, de esta forma, el consumidor recibe un mejor producto. La empresa también opina que esta caja podría ayudar a reducir el consumo de energía y materiales en un 20%.
Diseño
Freshbox ha sido diseñado para ser funcional; los diferentes agentes de la cadena de valor no tendrán que alterar su proceso operativo para usarlo. Está diseñado para adaptarse a los métodos de transporte convencionales y para mejorarlos, y al mismo tiempo es lo suficiente versátil como para dar cabida a diferentes formatos de envase.
"Freshbox está fabricado con una mezcla de polietileno y ácido poliláctico (material completamente biodegradable) que disminuye la dependencia de recursos basados en combustibles fósiles", explica David Ponce, de AITIIP, diseñadores y fabricantes de este contenedor único. Además, el uso de estos materiales en combinación con un método de producción especial reduce el peso del contenedor en un 30% sin restarle rigidez.
Características
El contenedor Freshbox ha sido desarrollado con una serie de características innovadoras para aumentar y controlar la vida útil de las frutas y hortalizas frescas. Un sistema controla la atmósfera interna del contenedor para adaptarse a la tasa de respiración propia de cada producto. El interior de la tapa del contenedor también cuenta con un compartimento especialmente diseñado para la colocación de elementos activos como absorbentes y transmisores antimicrobianos. Estas sustancias ayudan a mejorar la calidad del producto transportado.
Por último, el contenedor cuenta con un kit de sensores integrados para medir la temperatura, la humedad relativa, el CO2 y el O2. Los datos se transmiten vía bluetooth a una aplicación móvil en la que se almacena y analiza la información. "Hemos estado trabajando en el problema del consumo energético. Gracias a la tecnología bluetooth de baja energía (BLE) y a sensores de baja energía, hemos logrado recopilar datos durante periodos de tiempo más prolongados", destaca el Dr. Pat Doody, responsable del desarrollo del kit de sensores en IMaR.
Comercialización futura
Se ha realizado una serie de pruebas de simulación de transporte entre distribuidores asociados de España y Alemania. Estas pruebas han sido un éxito, pues han dado resultados positivos y sugieren una efectividad comercial prometedora, en especial para frutas y hortalizas frágiles, como uvas, espinacas, frutas de hueso y fresas.
La fecha de comercialización de las primeras unidades Freshbox será para la campaña hortofrutícola 2018. El precio de mercado estimado para cada unidad son 400 euros, una cantidad competitiva.
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