miércoles, 27 de enero de 2016

Un antepasado del conejo conecta Europa con Asia


Amphilagus tomidai es una especie recién descubierta, pariente de los conejos, que habitaba en la actual Siberia en el Mioceno, hace unos 14 millones de años. El hallazgo de este mamífero, parte de una familia considerada hasta ahora endémica europea, revela que los dos continentes estuvieron conectados sin barreras naturales debido a la desaparición del antiguo mar Paratetis.

Un estudio liderado por el Instituto Geológico de la Academia de Ciencias de Rusia presenta una nueva especie, el Amphilagus tomidai, localizada en el sureste de Siberia (Rusia) y datada en el Mioceno medio hace 14 millones de años. El descubrimiento de este mamífero, antepasado de los actuales conejos, representa un enlace biogeográfico importante que confirma la amplia distribución de este grupo y las relaciones entre Asia y Europa durante este periodo.

“Amphilagus es un género tradicionalmente considerado como endémico europeo, pero recientemente se han hallado restos de este mamífero en Asia. El hecho de encontrarlo en este continente indica que se produjeron unas condiciones paleogeográficas y ambientales que favorecieron su expansión hacia el este”, explica Chiara Angelone, investigadora del Instituto Catalán de Paleontología Miguel Crusafont y coautora del estudio publicado en la revista Historical Biology.

Según el trabajo, en el Mioceno –que comenzó hace 23 millones de años y terminó hace 5,3 millones de años– se creó una conexión terrestre sin obstáculos entre Europa y Asia que habría permitido la expansión de este animal.

El pariente del conejo que cruzó el continente
El mar Paratetis, que se encontraba al sur de Europa y abarcaba desde la región norte de los Alpes hasta el mar de Aral en Asia occidental, había desaparecido y no había montañas altas que constituyeran una barrera para la dispersión. Esto favoreció la expansión del mamífero, que se desplazó entre paisajes abiertos, ayudado por un clima árido y fresco.

“Estos antiguos animales nos ayudan a comprender mejor las características climáticas y paleogeográficas del momento. Algunos descubrimientos añaden matices a lo que ya sabemos. Otros, como este, revelan historias sorprendentes”, explica Angelone.

El mamífero encontrado es el ejemplar euroasiático más norteño del género Amphilagus, un lagomorfo grande, con rasgos primitivos. Sus dientes tienen raíces y no son de crecimiento continuo, como los de los lagomorfos actuales, un orden animal que incluye a las familias de los conejos, las liebres y las picas.

Poseen además un tercer premolar inferior simple y un hipoconúlido –un prisma adicional posterior– en los dientes molariformes inferiores.

El género Amphilagus, que apareció en Europa en el Oligoceno superior, no está exento de polémica. Según los autores del estudio se ha categorizado como Amphilagus todo lagormorfo europeo que tuviera raíces en los dientes, por lo que sería necesaria una revisión del género.

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