El calentamiento de las aguas del Pacífico le juega una mala pasada al sector atunero. El volumen de captura ha disminuido en un 22 % (unas 24 mil toneladas) en los últimos meses, lo cual para finales de año significará menos de las 230.700 toneladas métricas y de los $ 1.396 millones obtenidos el año pasado.
El empresario atunero Bruno Leone confirma la baja captura lograda por las 107 embarcaciones con bandera ecuatoriana y cree que a finales de 2014 habrá una reducción.
Sin embargo, la situación podría empeorar debido al anunciado fenómeno de El Niño que ya se lo ‘siente’ con el calentamiento del mar y que usualmente provoca una migración de la especie.
Aquello, pese a que el sector pasa por un buen momento a precios y que su situación comercial podría mejorar por el acuerdo obtenido con la Unión Europea (UE).
De allí la importancia de mantener el modelo de monitoreo pesquero ecuatoriano, que si bien no perfecto, es un ejemplo para la región, asegura Rafael Trujillo, director de la Cámara Nacional de Pesquería.
Esto, sin embargo, es algo que la iniciativa World Wildlife Fund (WWF) lamenta no sea replicado mayormente en la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT).
Las capturas de Ecuador representaron, el año anterior, un 42 % del total registrado en el océano Pacífico Oriental. Y ese liderazgo lo afirma el país gracias a las políticas de regulación establecidas desde 2008.
El objetivo: permitir que el recurso pesquero sea sustentable para el país a largo plazo.
Así lo cree Trujillo, quien dice que la ratificación de los períodos de veda por 62 días para los años 2015 al 2017 es una garantía para la especie de aleta amarilla, barrilete y patudo.
No ocurre lo mismo con el atún de aleta azul, cuya sostenibilidad se encuentra en riesgo, según denuncia la WWF. Para ellos, la reunión de la CIAT efectuada en Lima (Perú), la semana anterior, dejó sinsabores. El motivo: no se tomó ninguna decisión en cuanto a esta especie. Cualquier decisión se postergó para octubre.
Y aunque Ecuador no se ve afectado por esta medida, ya que esta especie es de aguas del Pacífico Oriental (hacia arriba), técnicos como Pablo Guerrero, coordinador regional de Pesca en WWF, consideran que “es extremadamente decepcionante” que no se tomen acciones para su protección.
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