En las próximas tres semanas los pronósticos climáticos jugarán un rol fundamental y faltan más repercusiones de la salida de Inglaterra de la UE.
Esta fue una semana teñida de rojo para los mercados de granos. Las bajas provinieron en su mayoría del mercado de maíz, que había previamente escalado mucho ante pronósticos de clima adverso, con fondos apostando a la prima climática. Sin embargo, llegaron lluvias inesperadas, y tan rápido como había subido, el maíz bajó y arrastró a los otros granos.
Estamos iniciando el mercado climático. Los cultivos de maíz en poco tiempo más entrarán en floración. Por ello julio es el mes clave. Hasta aquí viene saliendo todo bien: EE.UU. sembró temprano, y los primeros datos de calidad de cultivos son muy elevados, aún cuando las temperaturas apretaron en las últimas semanas. Si bien la humedad del suelo es algo baja, e incluso se ven señales de inicio de sequía en algunas regiones, las lluvias van llegando y permitiendo que se mantenga una visión optimista. La firmeza del maíz en las semanas previas llamaba la atención. Los stocks tanto del mundo, como de EE.UU. son muy elevados, y se espera una producción norteamericana 20 millones de toneladas más alta que la del año pasado.
Sin embargo, los atrasos en la cosecha y la logística del maíz en Argentina, junto con los problemas productivos de Brasil, que se habrían llevado unos 10 millones de toneladas de producción, hicieron que la oferta sufriera un bajón puntual, y los precios mejoraran en Chicago, ya que los compradores debieron acudir inesperadamente a EE.UU para buscar cereal. Sin embargo, la trilla de maíz tardío arrancó en nuestro país y las entregas reputaron, y si bien Brasil habría perdido 10 millones de toneladas de producción, la trilla está iniciando y los granos están llegando para calmar el apetito.
En el mercado de soja, mientras tanto, los fondos estaban muy comprados. Aquí los fundamentos para estarlo son claros: a la pérdida de producción ya contabilizada de la Argentina se le suman mermas ahora de Brasil, y con una demanda muy activa las exportaciones de EE.UU. siguen firmes. Mirando hacia adelante, aún con números de producción optimistas para EE.UU., Brasil y Argentina, la demanda superaría en el ciclo 16/17 a la oferta y los stocks mundiales bajarían a niveles no vistos desde el año 2008.
Sin embargo, la posición de fondos tan comprada entrañaba un riesgo, y el buen clima que sacudió al maíz contagió a la soja. Por otro lado, para el reporte de área del 30 de junio se teme que ante los precios más interesantes, los farmers hayan sembrado una superficie mayor. Por esto los valores también venían descendiendo, aunque en menor proporción que el maíz.
Localmente la mejora del tipo de cambio, y cierta reticencia de ventas impulsaron los precios. Los productores no están teniendo un perfil vendedor tan marcado como se esperaba. Esto pasa porque con la suba de precio necesitan vender mucho menos para atender sus necesidades financieras.
En el caso del trigo, a nivel internacional, la presión de la trilla en EE.UU. con buenos rindes, está empujando a Chicago a la baja, y de hecho se rompieron pisos importantes. Localmente la necesidad hace que los valores sigan siendo interesantes. Sin embargo, cuando los mercados habían acumulado ya bajas fuertes y esperábamos un rebote para cerrar la semana, en Inglaterra la población eligió no seguir en la Comunidad Europea (“brexit”), y esto causó una liquidación de activos. El movimiento hizo que todo bajara, mientras que el oro y el dólar subieron. Con un dólar más firme, los granos y demás commodities sufren presión adicional. Sin embargo, es preciso ser prudentes con este comportamiento, y esperar a que pase la sorpresa del “brexit”.
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