En el marco del congreso de la International Food and Agribusiness Management Association (Ifama), realizado recientemente en Aarhus, Dinamarca, el Comisionado Europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, señaló que se extendería el uso del glifosato por 18 meses.
Los Estados miembros de la Unión Europea no se pusieron de acuerdo recientemente sobre la renovación de una licencia para el uso de este herbicida. A diferencia de Argentina y otros países del continente americano, donde cada Estado regula el uso de este producto de manera individual, decisión que en la UE se toma en bloque.
Ante unas 400 personas que participaban en el congreso Ifama, se consultó a Hogan sobre la reautorización para el glifosato. El comisionado europeo respondió que el bloque europeo extendería la autorización por 18 meses, mientras los países miembros analizan y resuelven respecto al criterio científico y los asuntos políticos que demoran esta decisión.
Tanto se politizó la discusión que en Alemania surgieron diferencias en la alianza gobernante. Mientras la canciller Angela Merkel, del partido CDU/CSU, apoyaba la renovación, su ministra de Medio Ambiente, la socialdemócrata Barbara Hendricks se manifestó en contra. Por eso el país se abstuvo de votar. Francia e Italia hicieron lo mismo en su momento, no votaron.
La Comisión Europea había propuesto renovar la autorización del glifosato para todos los usos y sin restricciones por 15 años más (tiempo máximo posible). Sin embargo, el Parlamento Europeo, en sesión de abril de 2016, votó a favor de que dicha autorización se renueve sólo por siete años.
En la misma fecha, en una resolución no vinculante (aprobada por 374 votos a favor, 225 en contra y 102 abstenciones), los eurodiputados pidieron a la Comisión Europea que apruebe sólo los usos profesionales del glifosato y que reconsidere ese permiso cuando la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA por su sigla en inglés) presente la clasificación armonizada del glifosato.
Asimismo, los eurodiputados solicitaron a la Comisión Europea que presente un nuevo proyecto centrado en el uso sostenible de los herbicidas que contienen glifosato y que efectúe una revisión independiente de la toxicidad y clasificación del glifosato, basado no solo en los datos disponibles sobre su efecto carcinogénico, sino también en su potencial de alteración endocrina.
El Parlamento urge al ejecutivo comunitario a publicar todas las pruebas científicas en las que se basó la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) para clasificar positivamente el glifosato y recomendar la renovación de su autorización.
El término de la licencia que autoriza el glifosato en Europa llega a su término el 30 de junio del presente año. La Comisión Europea debe decidir si renueva o no su autorización por otro periodo de tiempo que ya estaría enmarcado en 7 años por el Parlamento. Si bien, al principio la renovación o no del glifosato se anunciaba como un procedimiento de rutina, actualmente, se está convirtiendo en un verdadero tira y afloja de los diversos países miembros de la UE.
Italia, Francia y Holanda han señalado que se opondrán a la renovación de la autorización del glifosato, pero faltan otros países por pronunciarse. En todo caso, de no llegar a un acuerdo antes del 30 de junio, el glifosato no podrá ser utilizado legalmente y la agricultura europea cambiaría sustancialmente.
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