Una solución tecnológica natural para combatir la Botrytis cinerea, hongo patógeno que afecta a la uva y produce importantes pérdidas económicas, desarrollan investigadores de la Universidad de Santiago de Chile (USACH). El estudio, que reunió a académicos de la Facultad de Química y Biología e Ingeniería, proporcionará una respuesta más amigable con el medio ambiente y la salud de las personas.
La doctora Milena Cotoras explica que “se trata de un producto natural que le da valor a un residuo, lo que es muy importante para la industria”, añadiendo que en Chile se generan cerca de 100 mil toneladas de estos desechos.
Un fungicida natural y biodegradable fue el resultado que obtuvo la doctora Milena Cotoras, quien lideró un proyectoFINANCIADO por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica a través del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) y su Programa IDeA.
Con estos recursos llevó a cabo el proyecto Desarrollo de un fungicida producido a partir de residuos de la industria vitivinícola contra el hongo fitopatógeno Botrytis cinerea (código CA12i10054), con el que buscó una solución innovadora para un problema que afecta comúnmente a la industria vitivinícola: la presencia del hongo Botrytis cinérea (moho gris).
Este hongo afecta a más de 250 especies vegetales, sin embargo, suele asociarse a la industria del vino por los efectos negativos que produce en los cultivos locales, produciendo importantes pérdidas económicas en el sector.
Un aspecto interesante de este trabajo fue que el equipo utilizó extractos de orujos de uva para elaborar esta solución, los que -hasta hace un tiempo- eran considerados como desechos. Estos residuos fueron obtenidos gracias a la colaboración de la Viña Miguel Torres, que participó como colaborador durante el estudio.
Cotoras explica que “se trata de un producto natural que le da valor a un residuo, lo que es muy importante para la industria”, añadiendo que en el país se generan cerca de 100 mil toneladas de estos desechos.
Dentro de los resultados de este estudio también destacan el desarrollo de seis tesis de pregrado, dos publicaciones, siete presentaciones en congresos nacionales e internacionales y una solicitud de patente.
La actividad, desarrollada en el Auditorio de la Facultad de Química y Biología, fue presidida por el Decano, doctor Gustavo Zúñiga, y además contó con la participación de Francisco Vargas, ejecutivo de Fondef; Edgardo Santibáñez, gerente de la Dirección de Gestión Tecnológica de la Universidad; y el doctor Isidro González Collado. También estuvo presente parte del equipo de investigación, compuesto por la doctora Leonora Mendoza y el doctor Rubén Bustos.
Un fungicida natural y biodegradable fue el resultado que obtuvo la doctora Milena Cotoras, quien lideró un proyectoFINANCIADO por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica a través del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) y su Programa IDeA.
Con estos recursos llevó a cabo el proyecto Desarrollo de un fungicida producido a partir de residuos de la industria vitivinícola contra el hongo fitopatógeno Botrytis cinerea (código CA12i10054), con el que buscó una solución innovadora para un problema que afecta comúnmente a la industria vitivinícola: la presencia del hongo Botrytis cinérea (moho gris).
Este hongo afecta a más de 250 especies vegetales, sin embargo, suele asociarse a la industria del vino por los efectos negativos que produce en los cultivos locales, produciendo importantes pérdidas económicas en el sector.
Un aspecto interesante de este trabajo fue que el equipo utilizó extractos de orujos de uva para elaborar esta solución, los que -hasta hace un tiempo- eran considerados como desechos. Estos residuos fueron obtenidos gracias a la colaboración de la Viña Miguel Torres, que participó como colaborador durante el estudio.
Cotoras explica que “se trata de un producto natural que le da valor a un residuo, lo que es muy importante para la industria”, añadiendo que en el país se generan cerca de 100 mil toneladas de estos desechos.
Dentro de los resultados de este estudio también destacan el desarrollo de seis tesis de pregrado, dos publicaciones, siete presentaciones en congresos nacionales e internacionales y una solicitud de patente.
La actividad, desarrollada en el Auditorio de la Facultad de Química y Biología, fue presidida por el Decano, doctor Gustavo Zúñiga, y además contó con la participación de Francisco Vargas, ejecutivo de Fondef; Edgardo Santibáñez, gerente de la Dirección de Gestión Tecnológica de la Universidad; y el doctor Isidro González Collado. También estuvo presente parte del equipo de investigación, compuesto por la doctora Leonora Mendoza y el doctor Rubén Bustos.
Soluciones amigables con el medio ambiente
Durante la jornada también se presentó el doctor Isidro González Collado, académico de la Universidad de Cádiz (España), quien se refirió a la Síntesis, inspirada en la genómica, de moléculas hibridas como antifúngicos contra el hongo fitopatógeno Botrytis cinérea, dando a conocer parte del trabajo que ha desarrollado durante 35 años junto a su equipo de investigación.
“El gran problema que existe actualmente con la mayoría de los fungicidas, es que estos permanecían en el suelo durante mucho tiempo, generando problemas ambientales y de toxicidad a los animales, aves e, incluso, a los propios humanos, porque esto se incorporaba a la cadena alimentaria y generaba algún problema”, explicó el experto en química orgánica.
De acuerdo al especialista español, el desafío asumido por las doctoras Milena Cotoras y Leonora Mendoza va en la línea correcta, porque forma parte de los retos actuales del área, donde los esfuerzos están siendo dirigidos a conseguir soluciones efectivas, pero menos nocivas para el medio ambiente y las personas.
Según González Collado, en el caso chileno, el hongo que genera la “pudrición gris” (Botrytis cinérea) está muy relacionado con la enología. “A lo largo de estos años, el uso de fungicidas naturales ha ido mejorando en Chile y me consta que, en los últimos años, el trabajo está orientado hacia un control natural de la Botrytis para evitar restos tóxicos en los vinos”, indicó el académico.
Acercar la empresa y la Universidad
“El gran problema que existe actualmente con la mayoría de los fungicidas, es que estos permanecían en el suelo durante mucho tiempo, generando problemas ambientales y de toxicidad a los animales, aves e, incluso, a los propios humanos, porque esto se incorporaba a la cadena alimentaria y generaba algún problema”, explicó el experto en química orgánica.
De acuerdo al especialista español, el desafío asumido por las doctoras Milena Cotoras y Leonora Mendoza va en la línea correcta, porque forma parte de los retos actuales del área, donde los esfuerzos están siendo dirigidos a conseguir soluciones efectivas, pero menos nocivas para el medio ambiente y las personas.
Según González Collado, en el caso chileno, el hongo que genera la “pudrición gris” (Botrytis cinérea) está muy relacionado con la enología. “A lo largo de estos años, el uso de fungicidas naturales ha ido mejorando en Chile y me consta que, en los últimos años, el trabajo está orientado hacia un control natural de la Botrytis para evitar restos tóxicos en los vinos”, indicó el académico.
Acercar la empresa y la Universidad
En la actividad también participó Francisco Vargas, ejecutivo de Fondef, quien señaló que “hemos tratado de ir acercando a la empresa con las universidades, que es la única forma que tenemos nosotros de llegar a un producto, un desarrollo y una innovación”.
Además, Vargas anunció que en el mes de agosto se abrirá la cuarta convocatoria del concurso de Investigación Tecnológica de Fondef. “De esa manera, se verán prolongados los esfuerzosINVERTIDOS en la investigación y en el resultado hacia actividades que permitan obtener los impactos económicos y sociales que dan sentido a la investigación. Dicho de otra forma, es necesario generar actividad empresarial y gubernamental que permita masificar, en nuestra sociedad y los mercados, los resultados de la investigación, eso solo se logrará en la medida que se establezca una cooperación estable y de mutuo beneficio entre universidades y empresas”.
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