Según datos oficiales de ambos países sudamericanos
En el primer semestre de 2015 las exportaciones chilenas de salmón generaron divisas por 1581 millones de dólares, una cifra equivalente al 4,5% del total de las ventas externas chilenas registradas en el período.
En los primeros seis meses de este año las exportaciones argentinas de carne bovina generaron divisas por 497 millones de dólares, una cifra equivalente al 1,6% del total de las ventas externas argentinas registradas en el período.
Es decir: en lo que va del año las exportaciones chilenas de salmón generaron un volumen de divisas 218% superior a las colocaciones de cortes bovinos argentinos.
Semejante brecha es producto del desmantelamiento de la industria argentina exportadora de carne bovina. En el ciclo 2008/09 el cupo de exportación de cortes de alta calidad destinados a la Unión Europea (“cuota Hilton”) se distribuyó entre 67 plantas frigoríficas argentina. Para el ciclo 2014/15 apenas quedaron 26 empresas.
La salmonicultura industrial comenzó a desarrollarse a comienzos de la década del `90 para crecer desde entonces de manera progresiva hasta transformarse, en los últimos años, en el segundo producto chileno más exportado detrás del cobre. La mayor parte de las envíos se colocan en Japón, EE.UU. y Brasil.
Aunque el sector no está exento de problemas. En el último año, a partir del bloqueo comercial ruso aplicado a los salmones noruegos, los exportadores escandinavos salieron a buscar nuevos mercados de manera agresiva y eso contribuyó a reducir los precios FOB del producto.
Otro golpe a la industria es la reciente decisión de la cadena de supermercados Cotsco de privilegiar en EE.UU. la compra de salmón noruego en desmedro del chileno ante un supuesto uso excesivo de antibióticos.
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