Marcelo Pereira, técnico del Plan Agropecuario, reiteró que es la herramienta para que no se prolonguen efectos negativos
El especialista en pasturas del Instituto Plan Agropecuario (IPA), Marcelo Pereira, insistió acerca de la necesidad de un manejo predial en base al ajuste de carga para que las consecuencias negativas de la sequía no se prolonguen en el tiempo.
La sequía que determinó la emergencia agropecuaria muestra que hasta junio pasado provocó la disminución en las tasas de crecimiento de las pasturas naturales en casi todo el país.
Esta disminución respecto al promedio histórico tiene mayor incidencia en la zona de sierras y colinas del este, dijo Pereira en declaraciones divulgadas el lunes pasado por el IPA. En las colinas del este, el crecimiento de las pasturas fue 42% inferior a lo normal en mayo y 35% en junio; en las sierras del este, la disminución fue de 26% en mayo y 21% en junio. El daño se puede ver en esta zona y en gran parte del suelo cristalino.
Según el técnico del IPA, es una paradoja que se haya generado un banco de forraje en diciembre y enero, y ahora no hay suficiente en estas zonas afectadas, sabiendo que las tasas deficitarias de crecimiento se dan a finales de otoño y en invierno; y que en invierno no crecerá lo que ya no creció.
No hay probabilidad que se compense ahora la faltante con el crecimiento en invierno. Los campos estuvieron muy cargados y hoy se nota, con excepción de aquellos campos en suelos superficiales donde los pastos se quiebran y naturalmente se autolimpian.
Pereira agregó que merece una reflexión “con qué carga trabajamos. Hay una reducción del área de campo natural y de pastoreo, que desde 2000 hasta hoy se redujo 10%. Además, estos campos son más marginales ya que los mejores se destinaron a la agricultura, hay menos área de pastoreo y de menor calidad, y el área de praderas no aumentó.
Por este motivo los campos también están más cargados que lo habitual. El banco de forraje que se creó en verano se consumió y una de las maneras de solucionar estePROBLEMA es el manejo de una carga segura. Tener una carga que permita trabajar con pasto y que oficie de seguro para cuando hay déficit de agua, el que puede terminar o no en crisis forrajera. Porque no necesariamente el déficit de agua termina en crisis forrajera: en la generalidad de los casos si uno hace un manejo seguro de la carga esto no ocurrirá, acotó.
Pereira dijo que estudios de Facultad de Ciencias marcan que la frecuencia de las sequías en los últimos años no aumentó, lo que si aumentó son las crisis forrajeras, que se pueden evitar ajustando la carga a tiempo.
“Cuando me preguntan cuál es la variable tecnológica que va a tener más impacto en Uruguay, sin dudas digo que el ajuste de la carga es la variable que va a tener más impacto en la ganadería sobre campo natural, en las pasturas naturales y la condición o salud de esas pasturas”, sostuvo Pereira
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