En este sentido, las solicitudes presentadas abarcan aspectos que van desde la creación de infraestructuras en la propia granja (más almacenamiento y sistemas de tratamiento), hasta la adquisición de equipos de aplicación que incorporan innovación tecnológica (conductímetros y aplicadores con mangueras). También se solicita ayuda para la adquisición de balsas móviles que permitirá fertilizar zonas lejanas más deficitarias ampliando la zona de aplicación. Y mediante la concesión de estas ayudas también se favorece que la gestión de los purines de varias explotaciones ganaderas se lleve a cabo de forma conjunta.
Cabe decir que estas nuevas estrategias no sólo solucionan la gestión del purín que antes iba a planta, sino que son una mejora cualitativa en cuanto a la fertilización. Con los sistemas de tratamiento se minimiza posibles efectos adversos sobre el entorno y se dispone de fracciones sólidas que son fáciles de exportar y aprovechables en zonas deficitarias. Utilizando sistemas de aplicación equipados con equipos de medida de nutrientes y con mangueras, se consigue ajustar la dosis de fertilizante y uniformidad en la distribución, a la vez que se reduce los malos olores. Además, la construcción de más balsas de almacenamiento permitirá una mejor gestión porque habrá disponible fertilizante durante todo el año.
También se ha concedido ayuda a una parte del coste del transporte en función de la distancia a la que se pueda transportar y que cubre el 10% del purín que iba a las plantas. Esto supone que este purín será gestionado de forma inmediata exportando a otras parcelas receptoras.
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