La innovación y la tecnología jugarán un papel muy importante en la próxima década para aumentar la oferta en volumen y en variedad de alimentos de “alto rendimiento” que sean capaces de permitir al sector crecer de manera sostenible y con peces y mariscos saludables.
Como ya se mencionó en un artículo anterior, mientras que las principales fuentes alternativas de aceites Omega 3 (EPA y DHA) de alto rendimiento en la industria acuícola sin recurrir a Organismos Modificados Genéticamente procederán de ingredientes marinos, en el caso de las proteínas hay más margen.
Estos nuevos “súper alimentos” deben cumplir aspectos como la disponibilidad en cantidad durante todo el año, ser sostenibles y hacer un uso limitado del agua, la energía y los recursos terrestres.
Aunque todavía no se ha alcanzado la escala industrial que permita acercar los costes de producción a otras alternativas convencionales como los ingredientes de origen vegetal terrestre, ya se empiezan a perfilar un poco más cuales son las alternativas que mayor viabilidad tendrán, no solo por precio, sino también por la mejora de la funcionalidad nutricional que aportan.
La proteína de algas es uno de las alternativas más aceptadas por su alta calidad y concentración de ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 (DHA y EPA). La calidad de esta materia prima es superior a los reemplazos que actualmente se usan de proteínas y aceites vegetales terrestres. Tienen también como ventaja que se producen en sistemas cerrados que permiten minimizar la tierra y el uso de agua. Aunque actualmente no hay una producción a escala capaz de sustituir el aceite de pescado, se estima que en un futuro el aceite de alga deberá ser capaz de proveer entre el 20 y el 30 por ciento del total de los lípidos usados en la formulación de alimentos.
Sin embargo esta materia prima también será comercializada para consumo humano directo y para la alimentación de otras ganaderías.
La proteína de bacteria es otra de las materias primas que están ganando importancia conforme se avanza en nuevos sistemas de producción. Éstas se producen en tanques de fermentación y usan el metano y otros subproductos industriales como el etanol y el carbono residual como ingredientes, contribuyendo a la economía circular.
Al contrario de las microalgas, las bacterias por su bajo contenido lipídico no son productoras de ácidos grasos Omega 3. Sin embargo por su importante aporte proteico han sido calificada como aptas para consumo humano directo por la Unión Europea (UE) y está en fase de aprobación por la FDA de Estados Unidos.
En tercer lugar se posiciona la mosca soldado negra, que presenta una alta capacidad para alimentarse de residuos orgánicos y es de rápido crecimiento. Su proteína es considerada de alta calidad para alimentación piscícola. A pesar de ser una producción autorizada en la UE y también se encuentra en proceso de aprobación por la FDA de EEUU, el escalamiento de la producción está pendiente de que se despejen muchas incógnitas como los adecuados desechos orgánicos, tecnología de producción y enfermedades emergentes por hacinamiento.-
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