Antonio Walker no creció en el campo. Sus primeros contactos con el agro son de cuando visitaba los de sus abuelos materno y paterno en Pirque y San Francisco de Mostazal, respectivamente. Su amor por el agro nació, cuenta, cuando se fue a estudiar Ciencias de la Fruta en la California Polytechnic State University (Cal Poly), en EE.UU.
“El lema era Learn by doing. Ahí me di cuenta de que el agro es mucha tecnología, mucha innovación”, recuerda ahora el recién nombrado ministro de Agricultura del Presidente electo Sebastián Piñera.
El 11 de marzo le significará, reconoce, un vuelco profundo, no sólo porque asumirá el ministerio en un momento complejo -con un dólar a la baja, lo que tradicionalmente implica un agro complicado- sino porque se trasladará con sus seis hijos y su mujer a vivir a Santiago y tendrá que desligarse de lo que ha sido su vida: su trabajo en el campo, a través del que ha plantado más de un millón y medio de árboles, con su agrícola Wapri, en la que fue socio de sus hermanos y su padre hasta que este falleció. Entonces, sus hermanos y él se asociaron con Ramón Achurra y Miguel Vial, y más tarde se sumó David del Curto.
Y si bien su familia es de tradición DC, Antonio Walker se define como independiente y de centro. Aunque sus hermanos Ignacio, Patricio y Matías son parlamentarios y han ejercido cargos que van desde una Cancillería hasta presidentes de su partido, la primera cercanía de Antonio con cargos políticos fue cuando, durante la campaña, Piñera le pidió que asumiera la vocería del programa agrícola.
-¿No considera que el Presidente puede ver su vínculo con una familia reconocida como DC como un beneficio?
-Creo que se fijó en un hombre que viene de una familia de políticos, que se desencantó con la Concertación y que ha sido independiente y de centro, que tiene una trayectoria de 30 años en agricultura, en regiones y en el mundo gremial
-¿Qué motiva a un agricultor a comprometerse en política?
-Encontré un espacio para desarrollar una vocación política. Hasta ahora había sido como un amor platónico. Y no hay mejor forma de entrar a esto que dirigiendo el ministerio de Agricultura. Era un sueño.
-¿No le pesará la falta de experiencia política?
-Mis hermanos, especialmente Ignacio, siempre han dicho “el más político de mis hermanos es Antonio”. Hace cerca de 30 años fundé Fruséptima, una agrupación chiquitita, que creció. No es política, pero es parecido.
-Pero un ministro requiere de expertise político para negociar con sus pares…
-En este gabinete uno ve a Alfredo Moreno cercano al campo; Felipe Larraín y Alberto Espina, que también tienen cercanía con el sector. Pero, además, el Presidente está con una tremenda sensibilidad con el sector. Siento que mi principal aliado es el Presidente, porque es agricultor, hoy tiene ganadería, cerezas, kiwis y arándanos. Cuando uno no está en la agricultura tiene una mirada, pero cuando es agricultor, le toma el peso a la importancia que tiene el agro. En ese sentido estoy en el mejor de los mundos, porque mi jefe es agricultor.
-Sin embargo, Agricultura siempre ha sido visto como un ministerio sin peso económico
-No quiero que nos miren como el ministerio pobre. No lo somos. Lo bueno es que el Presidente lo creyó, porque tenemos números que nos respaldan: exportamos US$ 16.500 millones y la proyección es que en 10 años sean US$ 35 mil millones o US$ 40 mil millones. Un millón de personas trabaja en el agro, somos recursos renovables, somos la producción de alimentos. Tenemos cobertura de Arica a Punta Arenas. Doce servicios, 3 mil personas trabajan en el ministerio. Somos mucho más que el PIB. Y si bien el PIB agrícola es 3,1 %, el integrado es el 11%. Vienen de todas partes del mundo a ver lo que hacemos en Chile.
También somos uno político, porque.. ¿cómo le fue al Presidente en las regiones, especialmente las agrícolas? Increíble, recibió un tremendo respaldo del mundo rural, agrícola y regional. Es decir, tenemos un peso en política porque un tercio de la población del país vive en el mundo rural.
-¿Qué sello piensa imprimirle al ministerio?
-Tendrá dos grandes sellos, uno muy social y uno de apoyo al sector productivo y exportador. Pienso, y es lo que nos ha pedido el Presidente, que todas nuestras políticas públicas tienen que aterrizar en mejorar la calidad de vida del mundo rural.
-¿Cómo se consigue?
-Con la formación de un comité interministerial, que presida el Ministerio de Agricultura. Se busca terminar con la brecha entre el mundo rural y el urbano. Aquí tenemos que coordinar las necesidades del sector con las acciones de Obras Públicas, Educación, Salud…
-¿Qué le ha pedido el Presidente?
-Nos ha insistido que quiere que este gobierno sea más Word que Excel. Es decir, que el ministro tiene que ser Word, estar en terreno, estar donde están los problemas, ser cercano a la gente. Y entonces que el subsecretario sea Excel, es decir, un muy buen administrador. Pero lo más importante es que ambos vayan en la misma dirección, para concretar.
-Pero también significa recursos
Si, pero no todo es plata. Primero hay que agotarse en las ideas. Desburocratizar el sector y el ministerio, articular. Ahora cuando sea plata vamos a ir a hablar con el ministro de Hacienda… que conoce el agro. Y el de Obras Públicas, que también sabe que la infraestructura es uno de los problemas del agro.
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