Por las mismas manos de la reina Isabel pasó la aprobación final de la Medalla de Investigación de la Sociedad Real de Agricultura de Inglaterra. En el papel figuraba el nombre de Cristóbal Uauy, agrónomo e investigador chileno que trabaja hace nueve años en el Centro John Innes en Norwich, Inglaterra.
La medalla, que premia las investigaciones sobresalientes desarrolladas en agricultura en el país anglosajón, esta vez distinguió el trabajo que realiza Cristóbal Uauy a la cabeza de su laboratorio, el que ha permitido mejorar el trigo en muchos aspectos. Uno de ellos es el aumento del contenido de proteínas y micronutrientes en este grano, incluso hasta el doble de lo que tiene en forma natural. “Recientemente aumentamos el porcentaje de hierro y zinc en la harina blanca. Esto significa que acumulamos el doble de hierro en la porción de harina que la mayoría de la gente come y donde los micronutrientes están más disponibles”, explica el investigador.
Este tipo de mejoras son claves, ya que se estima que la gente, en la mayor parte del planeta, obtiene del trigo el 20% de la energía y proteínas que necesita, agrega.
Trabajando con el genoma de este grano, Uauy también ha desarrollado marcadores moleculares que permiten cambiar características específicas de la planta, como su resistencia a los hongos y pestes, el aumento del tamaño de grano y su rendimiento, así como también un mejoramiento que permite disminuir la pérdida poscosecha del trigo por germinación prematura.
“El gen para evitar la pérdida en la poscosecha implica que en años en los que las condiciones llevan a la germinación precoz (año por medio, por lo general) los agricultores no pierden entre el 15-20% de precio premium que obtienen por un trigo de calidad”, explica.
Si bien Cristóbal trabaja directamente con agricultores en Inglaterra, los genes modificados por su grupo se están introduciendo en las variedades de trigo que se cultivan en Europa, Estados Unidos y Canadá. Pero también su incorporación a los cultivos ha sido a nivel mundial a través del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
“Con nuestras herramientas hemos reducido de manera drástica las barreras para trabajar con el trigo, lo cual permite que un mayor número de investigadores se enfoque en esta especie”, asegura.
En específico, esto cambia el paradigma de trabajar con el trigo, agrega, ya que siempre ha sido considerado algo muy difícil por ser una especie poliploide (que tiene dos o más copias de cada gen), tener un genoma muy grande y tardarse mucho en crecer. El equipo ya logró acortar el tiempo de crecimiento a la mitad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.