Sin embargo, en la misma China el cultivo masivo de este cereal está oficialmente prohibido ya que la mayoría de los ciudadanos está en contra del arroz transgénico.
La sociedad china se opone fuertemente a los productos modificados genéticamente, según las encuestas oficiales encargadas por las autoridades. Así, de acuerdo con el sondeo llevado a cabo en la provincia de Heilongjiang, el 91,5% de los encuestados se pronunció en contra de los productos de este tipo.
El arroz genéticamente modificado de la variedad Huahui No.1 ha sido desarrollado por un grupo de científicos de la Universidad Agrícola de Huazhong desde 1998. Esta variedad es resistente a muchas plagas y no requiere un uso excesivo de pesticidas.
El arroz genéticamente modificado de la variedad Huahui No.1 ha sido desarrollado por un grupo de científicos de la Universidad Agrícola de Huazhong desde 1998. Esta variedad es resistente a muchas plagas y no requiere un uso excesivo de pesticidas.
En 2009, este arroz recibió el certificado de calidad chino proporcionado por el Ministerio de Agricultura del país asiático. A pesar de ello, nunca fue lanzado al mercado y se prohibió su cultivo masivo.
Tras la prohibición de comercializar el arroz transgénico en China, la Universidad Agrícola de Huazhong trató de penetrar en los mercados internacionales, y desde 2009 ha estado tratando de obtener la luz verde de las autoridades de otros países, como por ejemplo EEUU.
En 2017, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EEUU confirmó que “El arroz transgénico Huahui No. 1 no difiere en valor nutricional, calidad y otras características de productos similares de otras marcas”. Es cierto que es solo el inicio del proceso para salir al mercado internacional, pero obtener un certificado de la FDA ya es una victoria.
El tema de la biotecnología y su introducción en la vida cotidiana sigue siendo muy controvertido en China. Algunos expertos en agrotecnología creen que, a pesar del descontento público, el Gobierno introducirá gradualmente la biotecnología en los cultivos agrícolas.
También hay críticos con estos planes que rechazan los métodos de ingeniería genética de plano. Como explicó a Sputnik el director del Instituto de Agricultura Ecológica de la provincia de Yunnan, Na Zhongyuan, las consecuencias negativas de los productos transgénicos no se limitan a sus poco claras consecuencias para la salud humana.
“La creación de cultivos genéticamente modificados es un método científico nuevo. No excluyo la posibilidad de que, si la investigación continúa, los problemas que no pueden ser resueltos ahora en el futuro puedan serlo. Sin embargo, los estudios técnicos actuales muestran que estos productos no son seguros y, por lo tanto, no pueden usarse. El problema es que el cultivo de estos productos es capaz de dañar la biodiversidad, y este sería su mayor daño. El riesgo aquí es mucho mayor que con los cultivos híbridos generalizados”, explica Na Zhongyuan.
Este científico, que durante muchos años se ha ocupado de problemas relacionados con la agricultura orgánica, está seguro de que los alimentos transgénicos nunca coparán todo el mercado.
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“Es absolutamente imposible. Las tecnologías que desarrollamos en el Instituto de Agricultura Ecológica, desde todos los puntos de vista, superan los métodos de la ingeniería genética”, aseguró.
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