Analista refiere que el volumen importado no representa ni 1% del consumo nacional. Se enfoca más bien los efectos nocivos para el precio de recibir 3 mil toneladas al día en los mercados mayoristas. Propone retomar un Plan de Cultivo y Riego. Proyecta que los precios subirán nuevamente y aclara el potencial de las variedades nativas.
Ayer, en medio de la coyuntura de manifestaciones de los productores nacionales de papa que reclaman por los bajos precios que están recibiendo en los mercados por su trabajo, el congresista Manuel Dammert (Nuevo Perú) publicó en su cuenta de Facebook el siguiente mensaje:
“Nuestros productores de papa de diversas regiones están paralizando sus labores desde hoy hasta el 11 de enero por el abandono del Ejecutivo. Pese a ser un país productor de este tubérculo, el Perú importa 200 mil toneladas de papa pre cocidas de Argentina. ¡Recuperemos nuestra soberanía alimentaria y los derechos del campesinado!”.
En la publicación, y otras similares –incluyendo a la propia Comisión Agraria del Congreso-, el enfoque crítico ha estado en la cantidad del producto que se importa y se le acusa de ser causante de los bajos precios. Algunos hasta piden que se prohíba o grave su ingreso. Sin embargo, la realidad indicaría que el principal problema del sector no viene por ese lado.
“Mucho se habla de la papa importada, pero esta no llega ni a 30 mil toneladas; esto no es ni 1% del consumo de los peruanos, ese no es el problema. El gran problema es la sobreoferta estacional que estamos generando nosotros mismos y que acaba inundando el mercado interno”, explica Ángel Manero, especialista en agronegocios y ex director de la Dirección General Agrícola del Minagri.
Detalla que actualmente Perú cuenta con más de 310 mil hectáreas de papa, con las que el 2017 debe haber cerrado en una producción de 4.5 millones de toneladas, un volumen similar al 2016. El problema, agrega, es la coincidencia de estacionalidad en las cosechas por efectos climáticos.
“Se ha juntado mucho la cosecha de papa de costa y de sierra, esto hace que, por ejemplo, en diciembre hayan entrado al Mercado Mayorista de Santa Anita 3 mil toneladas diarias, cuando en diciembre del 2016 solo entraban 1,500 toneladas al día”, acota.
Es en este escenario que el precio del tubérculo ha bajado desde S/ 0.80 en diciembre del 2016 hasta S/ 0.24 en diciembre del 2017, una consecuencia de la falta de planificación de siembras.
Justamente un instrumento que organice es el que hace falta en el sector, destaca el especialista, quien recuerda que antes existía un Plan de Cultivo y Riego, donde los agricultores consignaban qué iban sembrar. Hoy no existe forma de alertar al mercado para evitar la sobreproducción.
Manero recuerda que este fue uno de los temas que avanzó la Dirección General Agrícola durante su paso por la institución, con un plan que ya está listo y debería ponerse en funcionamiento lo más pronto posible.
Precios volverán a subir
Si bien el escenario que ha recibido el nuevo ministro de Agricultura y Riego, José Arista, no es el más halagüeño por el marco de protestas en diversas regiones productoras de papa, Manero espera que el escenario pueda calmarse tan pronto como en febrero con una subida en los precios del tubérculo por disminución en el abastecimiento.
“Hay que recordar que los picos de producción son abril, mayor y junio. En abril va a aparecer el problema de nuevo, pero en febrero se va a recuperar el precio”, sostiene.
A largo plazo, estima, lo urgente es desarrollar un plan de fomento de mercados y productividad, porque no tiene sentido impulsar el volumen para ‘inundar’ las plazas. Se requiere promoción del consumo de papa para subir de los 80 kilos por habitante de hoy hasta los 100 kilos.
Como alternativa, refiere que se debería pensar en la industrialización para elaborar papa pre cocida congelada que abastezca a las pollerías. Esto ayudaría a desestacionalizar el negocio, ya que los productores podrían almacenar el tubérculo hasta que los precios mejoren.
Cabe señalar que en el 2017 Perú importó 32 mil toneladas de papa precocida y congelada –en el 2016 habíamos importado 33.5 mil toneladas-, lo que representa un descenso de 5%.
Una de las razones de la baja en las importaciones sería el incremento de producción de la papa de variedad Capiro, que tiene más sólidos solubles, consume menos aceite al freírse y es el sustituto ideal de la importada.
¿Y las papas nativas?
Sobre este recurso, Manero estimó que el 81% del consumo peruano es de papa blanca, 7% de papa amarilla y 12% corresponde a las papas nativas. Este índice no puede ser mayor ya que la papa nativa es más cara. Y esto se explica porque la productividad de estas variedades es más baja y se suele producir en partes altas, lo que ocasiona sobrecostos logísticos para llegar al mercado.
“Ahorita el precio mayorista de la papa blanca está en 14 céntimos el kilo y la amarilla en S/ 1.80. Las papas nativas están cerca de S/ 2.50. Es decir, es importante seguir promoviendo el consumo de las papa nativas pero tampoco podemos hablar de producir más porque esto va a acabar en sobreoferta y baja de precios”, finalizó.
Datos
.El rendimiento promedio de la papa en el Perú es de 14.7 TM/Ha, 26% por debajo del promedio mundial.
.710 mil familias están dedicadas al cultivo de este tubérculo en el país.
Ayer, en medio de la coyuntura de manifestaciones de los productores nacionales de papa que reclaman por los bajos precios que están recibiendo en los mercados por su trabajo, el congresista Manuel Dammert (Nuevo Perú) publicó en su cuenta de Facebook el siguiente mensaje:
“Nuestros productores de papa de diversas regiones están paralizando sus labores desde hoy hasta el 11 de enero por el abandono del Ejecutivo. Pese a ser un país productor de este tubérculo, el Perú importa 200 mil toneladas de papa pre cocidas de Argentina. ¡Recuperemos nuestra soberanía alimentaria y los derechos del campesinado!”.
En la publicación, y otras similares –incluyendo a la propia Comisión Agraria del Congreso-, el enfoque crítico ha estado en la cantidad del producto que se importa y se le acusa de ser causante de los bajos precios. Algunos hasta piden que se prohíba o grave su ingreso. Sin embargo, la realidad indicaría que el principal problema del sector no viene por ese lado.
“Mucho se habla de la papa importada, pero esta no llega ni a 30 mil toneladas; esto no es ni 1% del consumo de los peruanos, ese no es el problema. El gran problema es la sobreoferta estacional que estamos generando nosotros mismos y que acaba inundando el mercado interno”, explica Ángel Manero, especialista en agronegocios y ex director de la Dirección General Agrícola del Minagri.
Detalla que actualmente Perú cuenta con más de 310 mil hectáreas de papa, con las que el 2017 debe haber cerrado en una producción de 4.5 millones de toneladas, un volumen similar al 2016. El problema, agrega, es la coincidencia de estacionalidad en las cosechas por efectos climáticos.
“Se ha juntado mucho la cosecha de papa de costa y de sierra, esto hace que, por ejemplo, en diciembre hayan entrado al Mercado Mayorista de Santa Anita 3 mil toneladas diarias, cuando en diciembre del 2016 solo entraban 1,500 toneladas al día”, acota.
Es en este escenario que el precio del tubérculo ha bajado desde S/ 0.80 en diciembre del 2016 hasta S/ 0.24 en diciembre del 2017, una consecuencia de la falta de planificación de siembras.
Justamente un instrumento que organice es el que hace falta en el sector, destaca el especialista, quien recuerda que antes existía un Plan de Cultivo y Riego, donde los agricultores consignaban qué iban sembrar. Hoy no existe forma de alertar al mercado para evitar la sobreproducción.
Manero recuerda que este fue uno de los temas que avanzó la Dirección General Agrícola durante su paso por la institución, con un plan que ya está listo y debería ponerse en funcionamiento lo más pronto posible.
Precios volverán a subir
Si bien el escenario que ha recibido el nuevo ministro de Agricultura y Riego, José Arista, no es el más halagüeño por el marco de protestas en diversas regiones productoras de papa, Manero espera que el escenario pueda calmarse tan pronto como en febrero con una subida en los precios del tubérculo por disminución en el abastecimiento.
“Hay que recordar que los picos de producción son abril, mayor y junio. En abril va a aparecer el problema de nuevo, pero en febrero se va a recuperar el precio”, sostiene.
A largo plazo, estima, lo urgente es desarrollar un plan de fomento de mercados y productividad, porque no tiene sentido impulsar el volumen para ‘inundar’ las plazas. Se requiere promoción del consumo de papa para subir de los 80 kilos por habitante de hoy hasta los 100 kilos.
Como alternativa, refiere que se debería pensar en la industrialización para elaborar papa pre cocida congelada que abastezca a las pollerías. Esto ayudaría a desestacionalizar el negocio, ya que los productores podrían almacenar el tubérculo hasta que los precios mejoren.
Cabe señalar que en el 2017 Perú importó 32 mil toneladas de papa precocida y congelada –en el 2016 habíamos importado 33.5 mil toneladas-, lo que representa un descenso de 5%.
Una de las razones de la baja en las importaciones sería el incremento de producción de la papa de variedad Capiro, que tiene más sólidos solubles, consume menos aceite al freírse y es el sustituto ideal de la importada.
¿Y las papas nativas?
Sobre este recurso, Manero estimó que el 81% del consumo peruano es de papa blanca, 7% de papa amarilla y 12% corresponde a las papas nativas. Este índice no puede ser mayor ya que la papa nativa es más cara. Y esto se explica porque la productividad de estas variedades es más baja y se suele producir en partes altas, lo que ocasiona sobrecostos logísticos para llegar al mercado.
“Ahorita el precio mayorista de la papa blanca está en 14 céntimos el kilo y la amarilla en S/ 1.80. Las papas nativas están cerca de S/ 2.50. Es decir, es importante seguir promoviendo el consumo de las papa nativas pero tampoco podemos hablar de producir más porque esto va a acabar en sobreoferta y baja de precios”, finalizó.
Datos
.El rendimiento promedio de la papa en el Perú es de 14.7 TM/Ha, 26% por debajo del promedio mundial.
.710 mil familias están dedicadas al cultivo de este tubérculo en el país.
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