En contraposición, los animales destinados a la exportación se están pagando 25% más. Una brecha para que el productor siga de cerca.
En lo que va de enero, se profundizó la baja del precio real del novillo destinado a consumo, ubicándose como el menor valor de los últimos ocho años. Ya 2017 terminó con una caída interanual del 12% promedio -considerando todas las clasificaciones que se negocian en Liniers- como resultado de registros inferiores durante los doce meses del año, proceso que fue observando desde noviembre de 2016.
"Indudablemente, una parte del problema es el gran volumen de faena que deriva, en alguna medida, de las mayores existencias actuales en relación con los últimos años. Otra es la oferta de proteína animal que se le está brindando al consumidor argentino. Los poco más de 120 kilos por habitante por año que ingerimos no sólo superan los niveles de cuando se comían habitualmente 80 kg/hab./año sólo de carnevacuna, sino que son récord a nivel mundial. Consecuentemente, arrecian las voces que le reclaman a la exportación un rol más activo que ayude a revertir la situación", explica Miguel Gorelik, de Valor Carne.
Así es que a la fecha, el novillo Hilton se ubica en $61 y el pesado en Liniers en $49; en concreto, hay una brecha de $12 a favor de la exportación.
Así es que actualmente el precio del novillo apto Hilton es 25% superior al del pesado con destino a consumo. Durante 2017 fue en promedio 13% mayor y en ninguna medición resultó inferior, una brecha a tener en cuenta a la hora de planificar la producción en 2018.
"Es lógico que los productores se quejen de la baja del precio de la hacienda de consumo. Pero también es necesario que se analicen las diversas alternativas que se ofrecen actualmente para orientar la actividad hacia los mercados más convenientes", detalla Gorelik, quien hoy apuesta a que el comercio internacional siga creciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.