Se fue septiembre y el pescado sin vender. “En 2017, el plan de siembras de granos gruesos teórico es una cosa y lo que se terminará implantando efectivamente puede ser otra. Sólo el correr del almanaque despejará las dudas que hoy desvelan a los productores”, afirma Diego Pasi, de la consultora Globaltecnos. Hay mucho en juego y todo depende del clima. Los últimos pronósticos adelantan variabilidad zonal en las lluvias de primavera y luego un verano con tendencia a seco, por una Niña débil. ¿Qué hacer con los cultivos? Se enfrentan, por lo menos, tres situaciones. “En la zona con mucha agua en los lotes, como el este de La Pampa y el oeste de Buenos Aires, los productores estiman que una proporción de la superficie que han sembrado otros años no se implantará en 2017, aunque las lluvias se reduzcan, porque seguirá alta la napa.
Barbecho abierto
En las zonas que tuvieron lotes anegados, pero el agua va escurriendo porque el terreno tiene pendiente -por ejemplo, Entre Ríos- mantienen el plan de siembra original, pero con atrasos. En Gualeguay siembran maíz tres días, luego deben parar dos y reiniciar. Ya saben que con esta fecha de implantación perderán rinde respecto de un cultivo de principios de septiembre. “En las zonas que están algo mejor que las anteriores también se mantiene el plan de siembra original, pero con barbechos abiertos, que permiten implantar un cultivo u otro de acuerdo con el nivel de la napa, al estado del tiempo y el pronóstico que se formula semana a semana”, diferencia Pasi. Los productores encaran la campaña con dosis oceánicas de prudencia y con la consulta permanente al profesional agronómico.
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