La carne fresca, refrigerada o congelada de aves de corral, porcino, ovino o caprino comercializada en la Unión Europea (UE) deberá mencionar en su etiqueta el país de crianza y el de origen, una modificación que alcanza igualmente a las importaciones extra comunitarias. Esta nueva regla, con la que la UE busca mejorar la trazabilidad, […]
La carne fresca, refrigerada o congelada de aves de corral, porcino, ovino o caprino comercializada en la Unión Europea (UE) deberá mencionar en su etiqueta el país de crianza y el de origen, una modificación que alcanza igualmente a las importaciones extra comunitarias.
Esta nueva regla, con la que la UE busca mejorar la trazabilidad, fue adoptada en 2013 y entrará en vigor el miércoles. Aunque la carne bovina ya está sujeta a normas de trazabilidad, el etiquetado para las otras carnes que abarca esta nueva norma deberá especificar el lugar de crianza y de matanza así como el país de origen.
Al igual que con la carne bovina, la nueva reglamentación no alcanza a los productos transformados que contengan carne, la Comisión Europea descartó esta opción señalando su coste y su complejidad.
Esta limitación fue criticada por las asociaciones de consumidores, que evocan la necesidad de restablecer la confianza después del escándalo de la venta de lasañas con carne de caballo. Esta nueva regla constituye un “avance”, pero “no hay ninguna razón para que no se aplique una mayor trazabilidad a la carne transformada”, señaló a la AFP Pauline Constant, de la Oficina Europea de Consumidores (BEUC).
La UE produce anualmente unas 23 millones de toneladas de carne porcina, 13,4 millones de toneladas de pollo y 900.000 toneladas de carne ovina y caprina.
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