Proyecto a cargo de la bióloga Mercedes Berrueta
Las experiencias iniciales con la especie octopus tehuelchus han sido auspiciosas. El objetivo para este año es la obtención de ejemplares adultos, juveniles y huevos con embriones para su aclimatación al cautiverio, observación y cría de larvas.
La Estación Experimental de Maricultura (EEM) del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, tiene nuevos habitantes. Se trata de ejemplares de pulpitos de la especie octopus tehuelchus, con los que, por primera vez en Mar del Plata, se está trabajando en la investigación del cultivo de invertebrados marinos.
El proyecto está a cargo de la licenciada en biología Mercedes Berrueta, quien presentó el proyecto y desarrolló una importante capacitación el año pasado en Chile, con uno de los más importantes referentes en maricultura a nivel mundial.
Con la experiencia, que se encuentra en su fase inicial, el proyecto tiene como objetivo para este año la obtención de ejemplares adultos, juveniles y huevos con embriones para su aclimatación al cautiverio, observación y cría de larvas. Los primeros pulpos se obtuvieron tras una campaña realizada en los truckers del Inidep, el pasado 9 de febrero del 2016. “Llegó una camada de cinco hembras con puestas en caracoles”, explicó Berrueta.
Con la asistencia de los técnicos Juan José Boccanfuso y Esteban Ricci, trabaja en la observación de los ejemplares, control de la calidad y condiciones del acuario, provisión del alimento, entre otras tantas tareas.
Según indicó la investigadora en diálogo con LA CAPITAL, si bien en Mar del Plata la especie estudiada no es explotada comercialmente, si se captura de forma artesanal al Sur de San Antonio, donde las poblaciones han disminuido sensiblemente.
De todas formas, se trata de un recurso que está teniendo un importante interés a nivel internacional, por las características de la carne de esta y otras especies de cefalópodos. “Tienen un alto valor nutricional, porque cuentan con un contenido de proteínas 20% mayor al de los peces y menor contenido de lípidos y carbohidratos, por lo que son apreciados para dietas”. Además de características de crecimiento que los hacen atractivos para su cría en cautiverio.
Actualmente, el proyecto se encuentra en la etapa de seguimiento de los primeros juveniles. Se trata de un momento clave, porque es cuando se presenta el desafío de la alimentación. Se trata de una especie que, cuando nace o eclosiona, ya es juvenil y como se trata de animales territoriales, solitarios y cazadores, no les resulta atractivo el alimento balanceado, al menos por ahora, según explicó Berrueta.
“Estamos teniendo buenos resultados en cuanto a su aclimatación al cautiverio, por ahora las perspectivas son buenas para empezar a estudiar el crecimiento de las larvas en el laboratorio”.
Además de los juveniles, ya cuentan con un octopus tehuelchus adulto, “desde julio que estamos acondicionándolo para que sea un reproductor y estableciendo además los parámetros ambientales y sociales óptimos”.
En el marco de esta etapa inicial experimental es que se está por concretar un convenio entre el Inidep y la UACH (Universidad Austral de Chile) quienes cuentan con el especialista en reproducción y larvicultura de cefalópodos Dr. Iker Uriarte, para el intercambio de información y tecnologías referentes su cultivo.
En tanto están realizando un trabajo con el Centro de Actividades Submarinas Escualo (CASE) para el fondeo de refugios en distintas zonas donde se ha registrado la presencia de esta especie de pulpo, con la finalidad de capturar adultos reproductores, y también realizar relevamientos sobre distribución y densidades poblacionales, explicó la investigadora.
En cuanto a las características de la especie, Berrueta explicó que “es un pulpo chiquito, llega a tener unos 30 centímetros de largo y pesar hasta 230 gramos en estado adulto, pero la ventaja respecto a otras especies más grandes de pulpos es que cuando eclosionan -nacen- ya son juveniles, tienen todas las características del adulto y pueden empezar a comer”.
Por otra parte indicó que “el pulpo se reproduce una sola vez en la vida y muere. La hembra tiene un ciclo de vida corto, 2 años, como mucho 3 y se encarga de cuidar los huevos, airearlos, protegerlos de los depredadores y a partir de que eclosionan los juveniles la hembra muere, es una de las causas por las que se reducen las poblaciones y el interés mundial por desarrollar el cultivo”.
Estos cefalópodos se alimentan de pequeños cangrejos, de isópodos, mejillones. Son carnívoros desde que nacen y aprovechan las presas del momento, que suelen ser pequeños crustáceos”.
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