Pasado el letargo estival, y con la población de regreso de sus vacaciones, llega un momento de definiciones para los precios ganaderos. Si se considera la demanda de hacienda gorda, el consultor Víctor Tonelli observa que la exportación no ha podido aprovechar la mejora del poder adquisitivo de casi 70% que recibió como consecuencia de […]
Pasado el letargo estival, y con la población de regreso de sus vacaciones, llega un momento de definiciones para los precios ganaderos. Si se considera la demanda de hacienda gorda, el consultor Víctor Tonelli observa que la exportación no ha podido aprovechar la mejora del poder adquisitivo de casi 70% que recibió como consecuencia de la devaluación y de la eliminación de retenciones. Sucede que el mercado internacional muestra un comportamiento encalmado, a causa de que muchos países importadores eran fuertes exportadores de petróleo y de que China redujo su nivel de crecimiento. “Si bien se elevó el poder de compra de los exportadores, no están dispuestos a hacer malos negocios en un mercado internacional con viento de frente”, advierte Tonelli.
Por su parte hay una fuerte pugna entre el disminuido poder adquisitivo del consumo interno y los limitados niveles de oferta de novillos y de novillitos por lluvias y por menores encierres en los corrales. Esta tensión hace pensar a Tonelli que no debería haber bajas de precios en los próximos meses, con posibilidades de algunas leves subas.
Invernada firme
El especialista estima que en 2016 van a haber 800.000 terneros más que el año pasado, pero también habrá mayor retención por parte de los criadores y recriadores. Por esa razón, la oferta neta para los invernadores pastoriles y feedloteros no va a ser muy diferente a la del año pasado.
En función de esa realidad, el analista prevé precios firmes para la invernada en 2016. “El costo de reposición se podría ubicar alrededor del 25% por encima del gordo lo que, junto a la suba de precios del maíz, pondrá en jaque a muchos feedlots”, proyecta.
“El pasto vuelve a ser la alternativa más rentable para producir carne y en 2015 se revalorizará la recría a campo”, adelanta. Y anticipa que “el alargamiento del proceso de producción de carne y la retención de hacienda ante las buenas perspectivas de precios pueden generar una reducción de la oferta durante 2016”.
Por su parte, Juan Pedro Colombo, de la consignataria Colombo y Magliano SA, afirma que el ternero macho se cotiza de 32 a 35 pesos por kilo y la hembra, 2 pesos menos en la región pampeana.
Desde el lado de la demanda, “por ahora se nota que los feedlots han sufrido aumentos de costos importantes en la alimentación, energía, etcétera, y hacen propuestas del precio de compra que no siempre les permiten quedarse con lotes de terneros”, agrega.
Los invernadores pastoriles, por su parte, alargan el ciclo de engorde para diluir el alto costo de reposición. Además, en campos regulares amplían la actividad ganadera desplazando a la agricultura.
Desde el lado de la oferta, en los campos del norte del país hay mucho pasto y los criadores retrasan la venta de terneras para agregarles kilos. Más allá de eso, Colombo recuerda que el país tiene un faltante de 10 millones de cabezas en el stock y que recuperarlas va a demandar muchos años, con un proceso lento para volver al equilibrio.
Mientras tanto, el mercado de vientres muestra muy buenos precios. “Una vaquillona preñada se cotiza entre 12.000 y 15.000 pesos, y una vaca preñada, entre 10.000 y 11.000 pesos, con posibilidad de afirmarse luego de que los criadores realicen los tactos otoñales y se deban reponer las vacas vacías”, concluye Colombo.
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