“El cambio de gobierno en Argentina les significará una oportunidad porque las relaciones cambiaron y Uruguay va a tener la posibilidad, si se dan las condiciones, de enviar carne o vientres”, consideró Martín Rapetti,
El integrante del Foro Mercosur de la Carne y del Instituto de Promoción de la Carne Argentina dijo que también es un desafío “porque de ser un competidor, vamos a pasar a ser socios que esperemos poder trabajar juntos en un Mercosur más solidario, sin barreras y que podamos aprovechar esta región de más de 300 millones de vacas, el primer productor mundial, para poder tener injerencia en el mundo”.
Fue claro al asegurar que “no hay ningún problema”, en que Uruguay exporte ganado hacia Argentina. “Desde la producción, desde las instituciones y el gobierno no tenemos ningún problema respecto de la importación de carne. Incluso de vientres que había alguna posibilidad”.
Y agregó que “a nosotros nos dejaría mucho más tranquilos porque no me hace ninguna gracia la sustitución de carne vacuna por pollo o por cerdos, como se está dando, porque con ello perdemos la cultura”.
Rapetti valoró el cambio de paradigma: “el campo hoy es visto como uno de los sectores más competitivos y por ello se toman algunas medidas para tratar de incentivar su potencial exportador”.
Eso sí, reconoció que en el corto plazo “nos va a costar un poquito”. Analizó que Argentina tuvo un corrimiento de la frontera agrícola, pasó a producir en el NEA y en el NOA y después cambió sustancialmente con el tema del encierro. “Eso hizo que la eficiencia haya bajado, pero fundamentalmente se pudo solucionar con líneas de créditos y con pasturas donde podemos ser bastante más eficientes, mejorar los índices y estar en condiciones de poder competir”.
Pero mencionó que la carne argentina tiene un reconocido prestigio a nivel internacional. “Aún con mejores condiciones macroeconómicas y sin retenciones a las exportaciones, en el corto plazo no estamos en condiciones porque no teníamos seguridad jurídica, ni teníamos previsión”. Por lo tanto “con un régimen que nos tenía pisados de más ningún audaz se ponía a producir como corresponde el períodos que son relativamente largos sabiendo cómo son las condiciones”.
Con el crecimiento de la demanda mundial, las expectativas a mediano y largo plazo para la ganadería y para las carnes en particular, son muy buenas para todo el Mercosur.
En lo interno de su país, celebró que se vuelve a considerar a la ganadería como una actividad de enorme potencial, se despierta un gigante dormido.
En lo económico dijo que la inflación preocupa. “El desafío productivo es elevar los índices de productividad, el desafío social es que la mayor retención de vientres y vuelta a la producción de animales más pesados”. Este tema lo considera fundamental, “pues estamos faenando muy livianos”.
Analizó que Argentina tiene una gran fortaleza que es su consumo interno. “Hace un tiempo exportábamos casi un 20% y consumíamos el 80%, llegamos a consumir 94 kg de carne. Hoy consumimos el 93% y exportando un escaso 7% y estos últimos 4 años estuvo muy parejo con estos índices de consumo interno”.
Recordó que en Argentina se llegó a comer 96 kg de carne. “Ha bajado, ha crecido el pollo, el año pasado fueron 60 kg vacunos, 44 kg pollo, 14 kg de cerdo y 2 kg de ovina lo que nos daría 120 kg de carnes rojas”.
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