sábado, 28 de febrero de 2015

Demasiadas advertencias como para dejarlas pasar


Cuando faltan menos de diez meses para que cambie el Gobierno, el kirchnerismo está empeñado en no corregir los problemas que tiene la economía. Ni siquiera es capaz de allanarle el camino a un eventual continuador de su modelo. Con el agro podría adoptar medidas que impacten favorablemente en 2016.   Sin embargo, prefiere aferrarse […]
Cuando faltan menos de diez meses para que cambie el Gobierno, el kirchnerismo está empeñado en no corregir los problemas que tiene la economía. Ni siquiera es capaz de allanarle el camino a un eventual continuador de su modelo. Con el agro podría adoptar medidas que impacten favorablemente en 2016.

Sin embargo, prefiere aferrarse a la tozudez, mal llamada convicción en el lenguaje oficial. Esto quedó en evidencia al término de la reunión que mantuvieron esta semana los directivos de la Copal, cámara que reúne a las industrias alimenticias, con el secretario de Comercio, Augusto Costa. Los empresarios le expusieron los problemas que tienen las economías regionales y le presentaron datos sobre la caída de exportaciones en diversos rubros. En declaraciones a la prensa, el funcionario dijo luego que no iba a haber devaluación, que no se esperaran “medidas horizontales” y que “estaban trabajando” en un plan integral, sobre el que no dio detalles.

También se quejó de los empresarios que “se enojaban” porque no se cumplían sus deseos, dijo en referencia al presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, que había expresado que el Gobierno era sordo porque no atendía sus reclamos de retenciones. “¿Qué clase de diálogo se puede tener así”?, se preguntó Costa.

Más que deseos o enojos, el Gobierno deja en claro que prefiere persistir en el error en vez de cambiar.

Hay datos alarmantes. “Al productor frutícola le pagan el kilo de peras 40 centavos, menos el flete, pero cosecharlas le cuesta 55 centavos y, en el supermercado, el consumidor paga 20 pesos el kilo”, explica Etchevehere. “Quienes producen leche, lana, trigo y maíz están muy mal, no es que el mundo se nos ha venido abajo, como dice el Gobierno, porque a los países vecinos les va bien en esas producciones”, dice el presidente de la SRA. “En Santa Cruz hay 600 campos laneros abandonados, en Chubut cayó a la mitad en pocos años el stock ovino y se perdieron 1500 puestos de trabajo. En Uruguay, en cambio, cada vez se produce más lana y carne ovina”, dice el ruralista.

Es poco probable que el Gobierno, por voluntad propia, corrija el tipo de cambio en un año electoral. Lo curioso es que ni siquiera modifique los derechos de exportación que pagan las economías regionales. Según datos de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), los ingresos fiscales por este rubro llegan a 140 millones de dólares anuales. Parecen pocos frente a los casi 8000 millones de dólares que recauda de las exportaciones del complejo oleaginoso.

El cepo al trigo también refleja la tozudez del Gobierno. Los centros de corredores de Rosario Buenos Aires, Bahía Blanca, Santa Fe y Entre Ríos dijeron que hay 2,9 millones de toneladas de trigo disponibles para la venta que, de comercializarse, generarían poco más de 4300 millones de pesos en las localidades trigueras. La cifra, que surge de calcular el precio de mercado con el FAS teórico del Ministerio de Agricultura, revela que el Gobierno elige la recesión en vez de cambiar el sistema de cupos y ROE.

Esta caída de la actividad está derrumbando las consignas de “industrializar la ruralidad” o “agregar valor en origen”. El presidente de Maizar, Gastón Fernández Palma, se sorprendió esta semana al descubrir el aviso para rematar el mes próximo una planta de molinería en Santa Fe. “Si no se protege la génesis de la producción de estas gramíneas -maíz y sorgo-, la mala praxis agronómica se impone con sus terribles consecuencias: pérdida de materia orgánica, alteración de la microbiología edáfica y menor reposición de nutrientes.” Para el productor, la “inconsistencia adolescente de políticas dogmatizadas hasta el fanatismo” lleva a que “el área de este cultivo energético, el más importante en el mundo, se reduzca o mantenga a duras penas gracias a una fantástica tecnología que los productores de punta de la Argentina aplican”.

También la Asociación Civil Fertilizar dio la voz de alarma esta semana. Informó que el consumo de fertilizantes cayó en 2014 un 5% respecto de 2013. “El mercado de fertilizantes se ha estancado por casi diez años en niveles de baja reposición de nutrientes”, dijo Jorge Bassi, presidente de Fertilizar.

Demasiadas voces y advertencias para dejar de tenerlas en cuenta.


resumen

2,9  Millones de toneladas
Es la cantidad de trigo que podría exportarse, según los centros de corredores


la frase

Jorge Bassi  Pres. de fertilizar
“La fertilidad de los suelos ha mermado, debemos reaccionar”

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