De acuerdo a un estudio de la Universidad de Montreal, los hábitos alimenticios de los consumidores se relacionan con la oferta disponible en sus barrios. Sin embargo, la dieta de los hombres estaría más condicionada por este factor que la dieta femenina.
De este modo, los investigadores de la Universidad de Montreal, continúan evaluando nuevas y posibles variables que influyen en los hábitos alimenticios de los consumidores.
“Hemos encontrado que, sólo en el caso de los hombres, la ingesta de frutas y hortalizas se asoció positivamente con el porcentaje de puntos de venta de alimentos saludables en todo el país”, explicó Christelle M. Clary, integrante del departamento de medicina social y preventiva de la universidad, quien dirigió el estudio.
No obstante, cabe preguntarse por qué este hecho influye en la alimentación de los hombres y no en las mujeres.
Según sugirió el profesor Yan Kestens, esto puede deberse a que las mujeres –en general- manejan mayor información nutricional y consideran una serie de factores al momento de realizar sus compras de alimentos.
“Esto puede ser porque las mujeres, que en general están nutricionalmente mejor informadas, pueden participar en diferentes estrategias comerciales de alimentos a diferencia de los hombres, y se basan en otros aspectos del entorno de comida, además de la proporción de las tiendas de alimentos disponibles a nivel local”, dijo.
El estudio se basó en datos de la Encuesta de Salud de la Comunidad Canadiense (CCHS), y se enfocó en los hábitos alimenticios de 49.403 canadienses que viven en Toronto, Montreal, Vancouver, Calgary y Ottawa (incluyendo Gatineau, Quebec).
Los investigadores desarrollaron una base de datos con los puntos de comida, la cual contenía información sobre el tipo de alimentos que ofrecía y la ubicación de todas las empresas alimentarias.
En concreto, y para efectos de este estudio, los investigadores clasificaron supermercados, tiendas de abarrotes, tiendas de frutas y hortalizas, y las tiendas de alimentos naturales como fuentes potenciales de “alimentos saludables” (especialmente frutas y verduras), mientras que las tiendas de conveniencia y restaurantes de comida rápida se consideraron como fuentes de alimentos menos saludables.
Para finalizar el estudio, los investigadores contrapusieron dicha base de datos con los códigos postales residenciales de los participantes, con el fin de evaluar la disponibilidad relativa de las fuentes de alimentos saludables y no saludables alrededor de sus hogares. Asimismo, los investigadores tomaron en cuenta otros factores que influyen en los hábitos alimenticios como la edad, la educación o los ingresos.
“En general, los datos revelaron que las mujeres de nuestra muestra declararon comer un promedio de 4,4 porciones de frutas y hortalizas por día, casi una porción más al día que los hombres,” dijo Clary.
“Los datos también mostraron que el consumo de frutas y hortalizas es significativamente mayor en Montreal, en 4,14 porciones por día, que en Toronto, con 3,86 porciones por día”, agregó.
Sin embargo, por qué el consumo de frutas y hortalizas de los hombres está relacionado con la proporción tiendas saludables sigue siendo poco claro.
“Entre las posibles explicaciones para estos resultados está el hecho de que los barrios en los que las fuentes de alimentos saludables (o poco saludables) son abundantes, pueden reflejar normas sociales relacionadas con el consumo de alimentos en esa zona, alentando a las personas a adaptarse a la norma social”, explicó Kestens.
De momento, el equipo de investigación ha indicado que es necesario investigar más a fondo para comprender de mejor forma los mecanismos que vinculan ambientes alimentarios y la dieta.
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