Mayo de 2015 es la fecha en la que el cultivo de la patata de Chía se iniciará como agricultura ecológica, coincidiendo con la siembra, por lo que, la patata que se recolecte en el mes de septiembre será ya una patata con el certificado de ecológica.
Arturo Lanau, presidente de la Asociación de Productores de la Patata de Chía, explicaba que para optar a ese certificado lo primero es inscribir las parcelas, que se van a cultivar, en el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica y seguir las pautas y normativas que se dictan. Después, cada cierto tiempo, se revisan las parcelas y se toman muestras, y a partir del segundo año, de ese protocolo, es cuando lo que se siembra se certifica como ecológico.
Recordaba Lanau que tanto la siembra como la recolección se hace de manera tradicional con el objetivo de garantizar la calidad de la patata. De ahí, señalaba que la producción sea pequeña y apenas supere los 30.000 kilos.
La Asociación arrancó el año pasado con tres productores y, en la actualidad son ya seis productores y el centro El Remós desde el que se realiza la comercialización de la producción.
El cultivo de la patata en Chía se remonta a los años posteriores a la Guerra Civil, posteriormente, cayó en el olvido, porque no se podía competir con las grandes producciones, hoy en día consideran que, es un buen momento, para volver a impulsar este producto.
La de Chía, es una patata de piel amarilla, carne blanca, muy buena tanto para hacerla frita como cocida, que se cultiva a 1.200 metros de altitud.
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