Científicos suecos han demostrado que existe un grupo de bacterias en el estómago de las abejas que son capaces de combatir las bacterias resistentes a los antibióticos.
Durante siglos, las personas han utilizado la miel cruda para ayudar a combatir las infecciones, razón por la que un grupo de científicos de la Universidad de Lund (Suecia) ha intentado averiguar de dónde provienen sus propiedades antimicrobianas.
Durante la investigación, el equipo logró identificar un grupo único de 13 bacterias ácido-lácticas (BAL) provenientes del estómago de la miel de las abejas, las cuales tienen una impresionante capacidad para luchar contra los agentes patógenos.
En concreto, las BAL -en conjunto y vivas- producen una serie de compuestos microbianos activos, tales como el peróxido de hidrógeno, ácidos grasos y anestésicos, los que pueden matar a otras bacterias dañinas. De hecho, se cree que estas han protegido a las abejas contra el Síndrome de Colapso de las Colmenas (SCC).
“Los antibióticos son ante todo una sustancia activa, eficaz solamente contra un estrecho espectro de bacterias”, señaló Tobias Olofsson, principal autor del estudio, en referencia al funcionamiento de los antibióticos y el potencial de las BAL, en una nota de prensa emitida por la Universidad de Lund.
Desafortunadamente para los consumidores, dichas bacterias no están presentes en la miel procesada que se comercializa en los supermercados. Sin embargo, los investigadores consideraron la posibilidad de utilizarlas para ayudar a tratar la resistencia a los antibióticos.
Así, durante la investigación -cuyos resultados fueron publicados en el International Wound Journal-, las bacterias de las abejas fueron expuestas en laboratorio contra cepas de patógenos que causan infecciones graves en los seres humanos, incluyendo Staphylococcus aureus meticilino resistente (MRSA) que puede llevar a infecciones por estafilococos fatales.
De este modo, al añadir las BAL al medio infectado, los investigadores pudieron observar cómo estas “súper bacterias” lograron contrarrestar todos los patógenos.
Luego, los científicos decidieron mezclar las BAL con miel para aplicarla directamente a caballos que tenían heridas que no sanaban y en las cuales los tratamientos previos no tuvieron éxito. Así, y para sorpresa de los científicos, luego de usar dicha sustancia, todas las heridas sanaron.
Pese a lo anterior, los investigadores señalaron que las BAL sólo han sido testeadas contra patógenos humanos en laboratorio, por lo que se desconoce la real eficacia en heridas humanas, pese a que los resultados de la investigación son prometedores.
Asimismo, destacaron que las BAL de las abejas resultan complejas e interesantes puesto que producen diversas sustancias que cambian en respuesta a los patógenos a los que se enfrentan.
“Cuando se utilizan bacterias vivas, estas 13 BAL, producen el tipo correcto de compuestos antimicrobianos según sea la necesidad y dependiendo de la amenaza. Esto ha funcionado bien durante millones de años para proteger la salud de las abejas y la miel contra otros microorganismos dañinos. Sin embargo, desde que la miel es procesada y no contiene la bacteria viva, muchas de sus propiedades únicas se han perdido”, declaró Olofsson.
A partir de los resultados obtenidos, los investigadores comenzarán a realizar ensayos clínicos en seres humanos para ver si efectivamente las BAL pueden ayudar a tratar infecciones resistentes a los antibióticos.
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