viernes, 26 de septiembre de 2014

Cambio climático pone en peligro a las papayas

La Caricaceae es una familia de plantas compuesta por seis géneros y 36 especies, las cuales se distribuyen a lo largo del trópico. De ellas, la C. papaya L. es la especie de mayor importancia económica para Colombia, debido a su fruto comestible el cual se comercializa en mercados locales e internacionales.
Foto: Agencia de Noticias UN
Foto: Agencia de Noticias UN
A raíz de lo anterior, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (U.N) Sede Palmira, y dirigido por el profesor John Ocampo, inventarió por primera vez en el país las especies de Caricaceae, determinando el grado de conservación de cada una y el efecto del cambio climático sobre su distribución para el año 2050.
El estudio, que contó con la participación del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD, por sus siglas en francés) y del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), reveló que de las 36 especies de la familia Caricaceae, cinco se encuentran en peligro por efectos del cambio climático.
De este modo, y para evitar su extinción, los investigadores de la U.N. han propuesto conservarlas in situ, según indica Agencia de Noticias UN.
Para llevar a cabo lo anterior, los investigadores recolectaron información de 20 herbarios en 234 localidades del país y 38 registros de la literatura, los cuales fueron georreferenciados mediante GPS, diccionarios geográficos y mapas topográficos de Colombia, con la ayuda del programa Google Earth.
Así, registraron en total 544 observaciones, discriminadas en tres géneros y 12 especies, las que representan el 34% del total de la familia, siendo Vasconcellea el género más importante con 8 especies distribuidas en las cinco regiones biogeográficas.
En ese sentido, cabe destacar que este género es el segundo en importancia económica, ya que posee especies frutales y un importante potencial como recurso genético para el mejoramiento de la papaya.
“La vulnerabilidad de Vasconcellea frente al efecto del cambio climático en el futuro justifica la tarea urgente de la conservación in situ, tanto en zonas naturales como en huertos de agricultores, y la constitución de colecciones en campo o bancos de germoplasma”, recomienda Ocampo.
Además, entre las reportadas, J. chocoensis, V. crassipetala, V. goudotiana y V. sphaerocarpa resultaron ser endémicas para Colombia y seis presentan algún grado de amenaza.
“Dentro de la categoría vulnerable (VU) encontramos cuatro especies y la subespecie baccata (V. microcarpa), ampliamente distribuida, pero con un número de observaciones y una área circular muy bajas. En peligro crítico (CR), solamente fue registrada V. longiflora, la cual es endémica de los Andes de Colombia y Ecuador”, explicó Ocampo.

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