Los creadores de la cerveza Guayacán fueron la primera empresa del agro en Chile en ser financiada con este sistema. A ellos se suman iniciativas como AgroFree y AgroNet, con una fórmula que moverá US$ 40 millones en el país este año.
La idea de hacer una cervecería comenzó a dar vueltas en la cabeza de tres agrónomos de la Universidad Católica en 2008, cuando eran alumnos del primer curso de cerveza artesanal casera que se dictaba en la facultad. Veían que el consumo de estas bebidas iba al alza y les interesaba crear un proyecto regional asociado al turismo, por lo que al analizarlo con más detalle descubrieron una oportunidad en el Valle del Elqui, ya que la mayoría de las industrias estaban en el centro y el sur de Chile.
Lo que comenzó en una clase para los amigos Andrés Toro, Cristóbal Holmgren y Víctor Szecowka se hizo realidad unos meses después, ya en 2009, cuando dos de ellos renunciaron a sus trabajos -Cristóbal al de enólogo y Andrés a su empleo en una exportadora de frutas- y pusieron todos sus ahorros para partir a Diaguitas a dar forma a Guayacán, la cervecera que comenzó a operar oficialmente en 2010.
Para realizar las primeras inversiones incorporaron a dos parientes de Andrés como socios, Juan Esteban Toro padre e hijo, con lo que comenzaron a distribuir la cerveza a otros lugares. Pero los recursos no fueron suficientes.
Como era una empresa en etapa temprana, aún sin ganancias, acceder al financiamiento formal en los bancos les resultó imposible porque sus balances tenían números rojos. Ahí surgió la opción de probar con el crowdfunding, el sistema de financiamiento colectivo donde las personas aportan dinero o invierten en distintas iniciativas, generalmente a través de internet.
Los socios de Guayacán subieron el proyecto el año pasado a la plataforma Broota -que busca financiar a pymes de distintas áreas en etapa temprana- y en 42 días lograron reunir los $68 millones que necesitaban para construir una nueva planta procesadora, transformándose en la primera empresa en Chile en ser financiada por crowdfunding, con aportes de 48 personas que pasaron a ser accionistas de la cervecería, que este año sumará ventas por $260 millones.
“Nosotros valorizamos a la empresa en base a lo que creíamos que valdría a futuro, se lo pasamos a Broota y nos asesoraron en qué monto pedir, por lo que abrimos el 4% del valor de Guayacán y la gente que puso plata se quedó con sus acciones y pasaron a ser socios nuestros”, explica Andrés Toro, gerente general de la cervecería.
La experiencia de los agrónomos de Guayacán con el crowdfunding es una de las más exitosas para el sector agrícola utilizando este sistema en Chile -que para este año moverá alrededor de US$ 40 millones en total en el país, según las proyecciones de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech)-, pero comienzan a sumarse otras iniciativas.
Una buena vitrina
En una conversación con su novia agrónoma, el ingeniero electrónico Mario Bustamante se percató de la necesidad de los agricultores de monitorear las enfermedades de las viñas. Comenzó a investigar para crear una solución tecnológica, pero se dio cuenta de que la prioridad era lidiar con la incertidumbre del clima.
Bajo el alero de la empresa de soluciones tecnológicas que había formado, Bissen, hace tres años dio forma a AgroNet, un sistema de monitoreo en línea que permite recibir alertas tempranas en los celulares, computadores o tablets sobre heladas, horas de frío, grados por día y porcentajes de evapotranspiración, entre otros, y que ya opera entre la V y la VIII Región, con una superficie de 500 mil hectáreas.
“Instalamos un equipo electrónico de desarrollo propio en el predio y a través de un sitio web y un sistema de reportes y alertas los clientes reciben los avisos”, explica Bustamante. Adelanta que está trabajando en incorporar servicios relacionados con el riego y la gestión de aplicaciones, para transformar a AgroNet en un asesor virtual.
Para dar ese salto subió en marzo el proyecto a Broota. Cuenta que, aunque todavía está definiendo la fórmula con la que buscarán crowdfunding, estar en esa plataforma le ha servido como vitrina y ya han recibido cinco propuestas de distintos países.
“Vamos a gestionar con un fondo nuevo la apertura de una ronda para más adelante, para que los interesados puedan invertir en AgroNet. Vamos a definir el porcentaje que abriremos de la empresa a cambio del monto que queremos reunir, que por ahora estimamos en US$ 200 mil, y la gente va a poder comprar una acción con el sistema de crowdfunding”, explica Mario Bustamante.
Este ingeniero porteño también busca internacionalizarlo y transformarlo en una herramienta de gestión agrícola que siga contando con software y desarrollo electrónico hecho por su empresa, como ha sido hasta ahora.
Opción para partir
Emprendedores de distintas áreas coinciden en que el crowdfunding es ideal para levantar capital en etapas tempranas de los proyectos, cuando el acceso a financiamiento formal es más difícil, y como complemento a fondos o concursos públicos.
A nivel internacional incluso hay plataformas solo para iniciativas agrícolas, como AgFunder, que en algunos casos ha reunido el doble de lo que solicita un proyecto.
Es por eso que el fundador de AgroFree Pablo Genovese está intentando atraer inversionistas internacionales para desarrollar FreePot, un macetero inteligente para cultivar hierbas dentro de la casa que está en desarrollo y lanzará en octubre.
Egresó hace dos años de Ingeniería en Diseño de Productos en la Universidad Santa María y en sus años de estudiante siempre trabajó en emprendimientos y proyectos de innovación tecnológica, por lo que dice haber aprendido a buscar distintas alternativas de financiamiento y no solo quedarse con las tradicionales.
“Estamos haciendo unos videos en inglés para promocionar a FreePot, porque estamos pensando postular a distintas plataformas para recaudar capital”, comenta Pablo Genovese.
Los primeros fondos los obtuvo de Corfo, con lo que ha trabajado durante un año con sus socios Eduardo García y Gino Ogno para desarrollar los sensores que alertan del nivel de agua y nutrientes de las plantas, y el vaso con luz led que permite cultivarlas en la cocina, sin luz natural, de los cuales ya tiene 50 aparatos vendidos en verde.
Pablo Genovese cuenta que lo más difícil fue la parte agronómica, que no era su especialidad y requirió de la asesoría de cuatro agrónomos. “Las plantas no nos crecían y tuvimos que ver todos los factores de electroconductividad del agua, la luz y nutrientes, porque la idea es que sea lo más simple posible para las personas y que permita cultivar distintas plantas. Eso fue lento y requirió de mucha investigación”, explica.
Por eso busca financiamiento por US$ 180 mil para financiar medio año de producción, para lo cual va a recurrir a distintas herramientas. “Estamos en conversaciones para levantar capital, pero queremos que sea alguien que aporte también contactos estratégicos e idealmente una alianza para la internacionalización, y en paralelo seguiremos postulando a fondos y al crowdfunding”, proyecta.
El crowdfunding es un sistema de financiamiento colectivo donde personas aportan dinero o invierten en distintas iniciativas, generalmente a través de internet.
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