Producción / Un planteo para aprovechar su fibra
En Los Menucos, Río Negro, David Garrido diseñó un sistema propio para esquilar estos animales vivos en semicautiverio
LOS MENUCOS, Río Negro.- David Garrido todavía guarda un fusil entregado por el Estado argentino en 1965 para matar guanacos y priorizar, así, la población de ovejas de raza Merino en los campos de la Patagonia. Después de 45 años, fomenta casi en soledad que se revierta la historia y hasta diseñó su propio sistema de esquila para comercializar la fibra apreciada a nivel mundial.
La Patagonia argentina tiene el 95% de la genética de guanacos del mundo. Su fibra, junto con la de la vicuña, es una de las más finas del mundo animal. Valuada por su calidad y textura se cotiza en promedio 100 dólares el kilo, cuando la lana de oveja vale sólo tres dólares.
Desde la estancia El Chacay, ubicada a 27 kilómetros de la localidad de Los Menucos, en la denominada Línea Sur de Río Negro, hace 15 años David, junto con su familia, comenzó a diseñar su propio sistema para esquilar guanacos vivos en semicautiverio. En la última década adaptó el proceso a los cerca de 4000 guanacos salvajes que habitan en su campo.
El guanaco es un animal inquieto que no se deja arrear en grandes distancias, por eso debió diseñar un sistema de encierre en cada cuadro del campo con alambrados del doble de altura para evitar que lo salten, cubierto con media sombra, con el equipamiento de esquila trasladable de cuadro a cuadro.
Sus pocos años de incursión como estudiante de ingeniería en Bariloche le valieron de mucho para idear el sistema simple que ahora es electrónico e, incluso, puede manejar hasta su propia hija Ana Clara. "Lo empecé a pensar y lo hice en base a la necesidad porque nos era muy difícil esquilar guanacos", contó Garrido.
El sistema consiste en voltear el animal, que caiga tendido en una camilla y allí los operarios lo estiran con las patas amarradas, le colocan una capucha y se comienza la esquila con peines similares a los utilizados para las ovejas.
El proceso dura sólo unos minutos. Primero se saca la fibra de la panza, que es depositada de manera separada al resto. Luego se continúa por la totalidad del cuerpo que produce un vellón de 500 gramos con una doble cobertura, la capa inferior de fibras muy finas (15 a 19 micrones) cortas (3 a 4,5 cm) y suaves, y una cobertura de fibras largas (10 a 14 cm) y gruesas (25 a 35 micrones), cuyo rendimiento al lavado pueden llegar al 95%.
La esquila se realiza una vez al año en septiembre antes del parto o en febrero luego de la parición. El mercado, aún incipiente, sólo permite la venta a un intermediario nacional que luego exporta el producto a Italia e Inglaterra principalmente, donde la materia prima es demandada para prendas de vestir.
El año pasado en El Chacay se lograron esquilar 1200 guanacos salvajes que dieron una producción de 600 kilos de lana que al procesarse se pueden convertir en 4,8 millones de metros de hilo de extrema finura, ya que en promedio con cada kilo de fibra se pueden sacar 8000 metros de hilo.
"El guanaco es un animal autóctono que evolucionó, no es erosivo porque no tiene pezuña sino una pisada con almohadilla plantaria. Tiene una alimentación orgánica de pasturas naturales, su cuidado insume menos trabajo que las ovejas y tiene un promedio de vida de 10 a 15 años", explicó el productor al realizar un paralelismo con el principal ganado que habita por estas zonas y que también cría con unas 7000 cabezas de ovino.
Desde el Estado no hay fomento a la actividad sobre una especie que abunda en la región. Productores como él insisten en la necesidad de generar políticas públicas para incentivar la esquila del guanaco y también el consumo y comercialización de su carne. Ya hay un planteo ante el Consejo Federal Agropecuario para que se revierta la restricción a la faena para la comercialización de este producto.
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