“Se aproxima un cambio de paradigma y Argentina tiene posibilidades de aumentar su liderazgo”, sostienen desde la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno
El debate energías versus alimentos continúa en el mundo y en Argentina fue fundamental la política de biodiesel para transformar aceite de soja, que de otra manera haría caer los precios en el mundo, porque la demanda como aceite no alcanza para la enorme oferta que hay. Esta transformación en biodiesel le permite a todo el complejo de soja sostener precios. En los últimos dos años, con los vaivenes de la política de biocombustibles se vio como el precio del aceite de soja argentino en Chicago caía significativamente con relación a Estados Unidos, cuando no se podía transformar la cantidad que el mercado esperaba”, señaló a “Siempre que llovió paró”, Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, al tiempo que alertó que “se aproxima un cambio de paradigma y Argentina tiene posibilidades de aumentar su liderazgo”.
En el programa que se emite los sábados de 6 a 7 por Radio Colonia, AM 550, Molina explicó que la capacidad de producción que se construyó en la Argentina desde 2007 a la fecha, es sumando biodiesel y bioetanol, de alrededor de 6 millones de litros cúbicos, es decir 6.000 millones de litros por año, esto ya representa 30% de la capacidad de producción que tiene el parque de refinación del país para la producción conjunta de gasoil y nafta”, explicó.
En tanto en el caso del biodiesel, dijo, “tomando en cuenta que la capacidad de producción está cerca de los 4, 6 millones de toneladas, se va a utilizar este año cerca del 60%. La producción puede estar en torno a los 2,7 millones de toneladas, de las cuales 1 millón se coloca en el mercado interno”. “El gasoil en el surtidor tiene casi el 10% de biodiesel, en cuanto a la generación eléctrica, el año que viene hay una norma que establece el corte al 10%, y las exportaciones podemos estimarlas en torno a 1,8 millón de toneladas. Puede ser un año record”, afirmó.
Por otro lado, también se refirió a la sanción que Europa aplicó al biodiesel de Indonesia y de Argentina por dumping. “Realmente no existía y Argentina tuvo que re-direccionar su producción a otros mercados. Estos compran biodiesel toda vez que sea más barato que el gasoil. Esto permitió a lo largo del año, que la industria exporte cantidades muy importantes. Se hacen contratos a plazo y a partir de diciembre la situación cambió notoriamente porque con los precios (bajos) del petróleo se hace difícil competir”.
Luego Molina indicó que Europa realizó un análisis en el cual llega a la conclusión de que el productor argentino al comprar aceite, que está sometido a un alto impuesto (retenciones), está comprando más barato y como los productores europeos no tienen acceso a aceite económico, lo consideran una política de dumping
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