La batalla que venían librando el director del centro regional Patagonia Norte del Senasa, Ricardo Sánchez, y el director de Funbapa, Eduardo Merayo, llegó a su fin esta semana
El pase a planta del Senasa del personal de la barrera sanitaria y el recorte progresivo de las funciones de la Funbapa fueron decisiones que terminó de idear el ministro Carlos Casamiquela, terminando por respaldar a Sánchez en la disputa sobre el futuro de la fundación. “La Funbapa cumplió un ciclo.
El trabajo que hizo sirvió en un momento clave de los programas sanitarios. Hoy deja de tener sentido tener en marcha semejante estructura”, confió un allegado a Casamiquela al ser consultado por el tema. Según palabras del funcionario, la Funbapa se irá desmantelando progresivamente, siendo absorbidas sus funciones por el organismo nacional. “El ministro en eso fue claro, no van a existir problemas con el personal.
Todos los trabajadores, inclusive los técnicos y administrativos, en un mediano plazo completarán el traspaso al Senasa”, confió en otra parte de la conversación. “No podemos seguir sosteniendo subestructuras manejadas como feudos y sin conexión con el resto de los organismos”, criticó la fuente. Al ser consultado sobre los tiempos que toman en cuenta para absorber la Fundación, el funcionario se excusó alegando que “ésa es una decisión del ministro que seguramente será consensuada con los gobernadores”. El próximo paso del Senasa es tomar bajo su control los programas de mosca y carpocapsa que hoy se llevan 20 millones de pesos por año. Una cifra que pone, en parte importante, el sector privado.
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