Buenos Aires, 29 marzo (Especial para NA, por Arturo José Navarro*)-- La grave situación económica, social y política no la puede solucionar ningún sector o partido político en soledad.
Menos pueden solucionar las entidades divididas. La actual situación del agro y la necesidad de proponer y discutir una agenda mínima que necesita el sector, es el nuevo debate parlamentario que se puso en marcha el 27 de marzo pasado con la integración de la comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara Baja.
Ponerse a discutir la existencia de las entidades por cadena y si deben ser recibidas o no por las autoridades me parece un debate intrascendente y de una pérdida de tiempo inútil que no se merecen los productores.
La idea es unirse atrás de la agenda parlamentaria para que el sector pueda hacer el mayor aporte posible en el ciclo 2014-2015.
El gobierno no va a cambiar, salvo que vea un frente unido con propuestas superadoras apoyada por la mayoría de las entidades.
Hoy tiene necesidades perentorias como son los ingresos de dólares y sabe que la única fábrica genuina que existe es el sector agropecuario y agroindustrial.
También la oposición necesita que el sector en conjunto le marque el camino de lo que necesitamos con una propuesta consensuada, para frenar algunas ideas y propuestas realmente lamentables para esta época.
Estamos en el siglo XXI y en un mundo globalizado.
La dirigencia agropecuaria tiene que asumir definitivamente, que todo lo que ocurrió con las políticas para el sector es responsabilidad exclusiva del gobierno nacional acompañado por la mayoría de gobernadores peronistas y sus aliados.
Muchos empresarios aprovecharon dicha situación para desarrollar emprendimientos muy lucrativos, a expensas del productor y del país, frenando, desde hace 7 años la capacidad de producción y de exportación con políticas falaces de proteger las mesas de los argentinos.
La mayoria de la dirigencia gremial agropecuaria tiene que asumir que hay que modificar la actitud si quieren ser protagonistas del cambio.
Hay que ver el futuro venturoso que tenemos como sector y país y hacer propuestas en conjunto por mayoría, para todo el arco político -oficialismo y oposición-, para que de esa forma cada entidad tenga la propuesta del sector y pueda llevar con toda libertad a cualquier reunión que sean convocados.
La agenda mínima, muy repetida pero de mucha actualidad, tiene un triple objetivo:
(a) Aumentar la producción y exportación en el ciclo 2014/2015,
(b) Frenar la inflación a través de una mayor oferta real de bienes e ingresos de dólares,
(c) Empezar a cumplir con las metas de producción en un trabajo
en conjunto de todos los sectores del país en defensa de los que
menos tienen.
Esta agenda mínima debe contener por lo menos estos ocho puntos:
1. Derogar todos los sistemas de ROE (Registros Operaciones de
Exportación) que interfieren la libre comercialización y
exportación de la producción en los mercados y liberar todas las
importaciones.
2. Promover el funcionamiento a pleno de todos los mercados a
término, para poder captar el mejor precio en el mercado con
anticipación, cuando el empresario está decidiendo las siembras
3. Ejecutar una política transitoria, hasta que se puedan
eliminar los impuestos de exportación. Mientras se mantengan dichos impuestos, las retenciones vigentes se utilizarán como pago a cuenta de impuestos nacionales y provinciales.
4. Legislar un incentivo fiscal al mayor uso de fertilizantes a
fin de hacer sostenible el modelo productivo. El aumento de la
productividad no es antagónico con una buena rotación de cultivos
y el cuidado del medio ambiente.
5. Sancionar un nuevo proyecto de ley sobre el régimen federal
de usos de productos fitosanitarios, a fin de actualizarlo a las
demandas sobre la seguridad alimentaria y el cuidado del medio
ambiente.
6. Promover políticas que aseguren el reintegro a la propiedad
intelectual de los semilleros. No se trata de acciones de lobby
en defensa de nadie sino de poner a nuestro país al mismo nivel de
la legislación del MERCOSUR y del mundo.
7. Establecer una legislación cuyo objetivo sea cubrir los
riesgos agrícolas y comerciales, que incentive el mayor uso del
seguro privado y la creación de un fondo permanente anti
cíclico, para atender los fenómenos climáticos no previsibles.
8. Modificar la actual ley de Warrant vigente desde el año 1914, porque necesitamos abaratar la financiación adaptando la actual ley al nuevo y más moderno sistema de producción, comercialización, industrialización y exportación.
Esta agenda mínima es la que necesita urgente el productor para
mejorar su competitividad y aumentar su productividad dándole
previsibilidad para que el país pueda aumentar las producciones y
exportaciones.
Debe completarse con políticas sociales muy bien orientadas pensando en el individuo, que atiendan especialmente al pequeño productor y con subsidio a la demanda de alimentos de los que menos tiene por medio de una tarjeta magnética universal.
El párrafo anterior no es un principio teórico: es el camino que eligieron los países más exitosos en los que existe el más alto nivel de vida para sus habitantes: Simultáneo desarrollo económico y alto nivel de integración social.
Todos los debates ideológicos terminan cuando los que tienen menos viven cada día mejor.
Esta debe ser la agenda mínima, no negociable, para sostener en el nuevo período parlamentario por todas las entidades que estén de acuerdo y que quieran participar en conjunto sin ningún tipo de discriminación.
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