Monsanto: tras represión policial, De la Sota salió a acusar a los K

Los vecinos fueron agredidos por personal de la Policía de Córdoba, el Eter y Guardia de Infantería cuando realizaban una protesta pacífica. El gobernador De la Sota intenta achacar la violencia a los K locales. Una brutal represión desató ayer la Policía de Córdoba contra los vecinos de Malvinas Argentinas que mantienen desde hace 13 días un acampe frente a la planta de Monsanto bloqueando los ingresos al predio. Sin esgrimir orden judicial alguna, y con una inusitada violencia, efectivos de la fuerza, acompañados por miembros del Eter y Guardia de Infantería intentaron desalojar a los vecinos que resistieron los golpes. Por la noche, el gobernador José Manuel de la Sota a través de twitter responsabilizó al secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, de estar fogoneando la «violencia» frente a la planta de Monsanto, y pidió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que le recuerde a los kirchneristas que la decisión de llevar Monsanto a Malvinas Argentinas fue una decisión de la Nación. En realidad, la protesta frente a la planta de Monsanto fue pacífica y la violencia la ejerció la Policía provincial, mientras que ninguno de los grupos ambiantalistas que allí protestan si identificaron como simpatizantes kirchneristas. El patrimonio de la fuerza, como siempre, lo tienen los efectivos policiales, que obedecen órdenes del Superior Gobierno de la Provincia y no actúan por cuenta propia, lo que representa una primera mácula para el nuevo jefe de Policía, César Almada y para la ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva. Sofía Gatica, de Madres de Ituzaingó, uno de los organismos que acompaña la lucha de los vecinos, fue atacada y golpeada en la cabeza. La mujer se desmayó producto de los golpes, por lo que debió ser trasladada al Hospital de Urgencias donde se confirmó que tenía traumatismo de cráneo. Integrantes de la Asamblea “Malvinas Lucha por la Vida”, organizaciones sociales y ambientalistas confirmaron que mantendrán el bloqueo “hasta las últimas consecuencias”. Al menos, 400 personas sostenían ayer el acampe. Desde el colectivo informaron que “en el intento de desalojo ilegal, la Policía provincial apelo a golpes, gas pimienta, y dos compañeras fueron detenidas arbitrariamente por efectivos masculinos. Gastón Mazzalay, uno de los asambleístas, señaló que luego de los momentos de tensión vividos el lugar se encuentra “tranquilo”: “Por el momento no hay ningún conflicto, la Ruta A-88 permanece cortada. Nosotros nos vamos a quedar, el bloqueo no termina, sigue hasta las últimas consecuencias. Vamos a permanecer hasta que termine el conflicto”, señaló. La Policía detuvo además a dos vecinas, Candelaria Lacor y Eugenia Suleta, por supuesta “resistencia a la autoridad”. Aseguran que la reunión que mantuvo en el predio la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) “fue en realidad una movida para dejar entrar los camiones”. “Es un nuevo escándalo para De la Sota. ¿Dónde está la representatividad, dónde está la democracia”?, se preguntó Mazzalay. Tras la brutal represión, partió ayer desde la avenida Vélez Sársfield y bulevar San Juan una caravana de autos que culminó en Malvinas Argentinas, en apoyo a los ambientalistas que bloquean el ingreso a Monsanto. Los vecinos reclaman una «consulta popular» que de ser a nivel provincial debería ser convocada por la administración de De la Sota quien ayer instó al «camino del diálogo y no de la provocación». Comunicado de la empresa Tras los acontecimientos, Monsanto brindó una conferencia de prensa en la que se trata de un bloqueo que «avasalla, vulnera y viola el derecho a trabajar». Explicó que «avasalla el derecho de 200 trabajadores» de la Uocra que trabajan en la obra de la planta de semillas, y «vulnera el derecho de Monsanto de avanzar en la obra» que cumplió «todos los requerimentos legales». Acotaron que el bloqueo «viola» la ley al desconocer que este emprendimiento «ha sido debidamente aprobado y su continuidad asegurada por sentencia del Tribunal Superior de Justicia». Aduce que el mencionado bloqueo «no representa a los vecinos de Malvinas Argentinas» y que es promovido por «activistas políticos infiltrados ajenos» a dicho comunidad, y agradece el «permanente diálogo con las autoridades provinciales y municipales». «Respetamos el derecho a manifestar diversos puntos de vista, pero repudiamos el impedimento al libre acceso a nuestra planta mantenido por más de 13 días». Ayer debían ingresar los camiones con materiales para la continuidad de la obra y los ambientalistas prometieron resistir hasta «las últimas consecuencias».